
Siempre es un placer volver a Rubaiyat. Con uno de los mejores servicios de Santiago, este lugar donde la carne reina a sus anchas, incorpora cada cierto tiempo novedades que justifican de sobra una nueva visita.
Con raíces en la ciudad brasileña de São Paulo y con más de ocho años en Santiago, Rubaiyat ha sabido mantenerse fiel a su concepto, un lugar donde la calidad de las materias primas y su intachable servicio – uno de los mejores de la capital – no bajan la guardia.

Muchas de sus preparaciones se mantienen desde sus inicios, y es que cuando hay calidad, una carta no requiere de sustanciales cambios para seguir generando adeptos. Los cortes premium, se alternan con algunas sugerencias marinas y varias ensaladas, las que se imprimen en una carta donde siempre hay espacio a las novedades, que aquí van de la curiosidad al asombro.

Listas las papilas y ansiosas por algo de comida tras unas frescas Caipiriñas (cuentan con siete alternativas, siendo seguramente la más amplia de su tipo en Santiago), buena idea es partir por algo liviano como la Burrata con rúcula, aceitunas negras, tomate cherry y pesto, clásica combinación donde el sabor lácteo de la burrata se potencia y juega con un ligero toque dulce que se equilibra con la acidez.

En la misma línea de frescura pero subiendo varios decibeles, el Tataki de Salmón curado con merengue de maracuyá, cremoso de palta, rabanitos y leche de tigre, llega con firmes y gruesos cortes del pescado que se dejan acariciar por el resto de los ingredientes, los que suman varios contrapuntos sin quitar protagonismo.

Ya en materias carnívoras, una de las últimas incorporaciones en carta es la Panceta Crocante con chimichurri, salsa picante y limón asado, la cual viene enrollada para maximizar ese momento en que se corta y cruje como los dioses. Una crocancia que seduce y que sigue tras el primer mordisco hasta perderse en sus soberbios sabores.

Si el afán es profundizar en sus cortes de carne y sobre todo si se está compartiendo en la mesa, la gran novedad es el impresionante Garrón de Osobuco Braseado, pieza de antología que llega con todos sus jugos y el suficiente colágeno para levantar todo el sabor de la carne que se deshace con el tenedor. Una maravilla cuyo entretenido formato invita a seguir compartiendo junto a un Aligot o unos Palmitos gratinados con almendras.

La carta de vinos, a la altura de las expectativas, cuenta con una extensa selección de etiquetas que van desde grandes vinos como Don Maximiano de Viña Errazuriz o Carmín de Peumo de Viña Concha y Toro, a otros más rebuscados como Paul Bruno, un Cabernet Sauvignon de gran complejidad que proviene de un viñedo del Maipo, o Grus, un Ensamblaje con notas a fruta negra y tabaco que se produce en viñedos que están plantados entre los 1.650 y los 2.200 metros de altitud en el Elqui.
Rubaiyat.
Av. Nueva Costanera 4031, Vitacura.
@rubaiyat_chile