#LoUltimo Experiencias Vinos que hay que probar

Semillón del Mundo

Llegó a ser una de las variedades blancas más cultivadas en los principales países vitivinícolas y Chile no fue la excepción. Sudáfrica, Australia y Francia – por nombrar algunos -, han sido históricamente parte del mapa de esta cepa que vivió un auge a fines del siglo XIX y que desde hace algunos años volvió a tomar fuerza. Su elegancia y por sobre todo su versatilidad, fue lo que pudimos comprobar en la última versión de #SemillonSessions. A diferencia de las dos versiones anteriores, esta vez la muestra incluyó a 4 vinos extranjeros, provenientes de Argentina, Sudáfrica, Francia y Australia, en una cata a ciegas que trajo más de una sorpresa. Por partida doble, Bouchon Family Wines se lució con dos etiquetas, y lo mejor, con perfiles muy distintos. Por un lado, Skin 2017, el cual muestra una explosión de aromas que van desde las frutas blancas a las tropicales, una acidez punzante y un perfil goloso; y por otro, Granito 2017, de carácter más clásico – que recuerda al estilo europeo -, elegante, con mayor complejidad y muy gastronómico. Viña Carmen, también con dos etiquetas, puso en escena a Quijada #1 2017, un blanco con uvas de Apalta que tiene todo para transformarse en el nuevo clásico se la cepa. Muy fresco en nariz, tiene un carácter seco, con notas a miel y cítricos. La otra etiqueta de la viña, el Florillón 2017, es de esos vinos que para la mayoría es difícil de entender, dado su método de vinificación. Un experimento de una barrica a base del mismo Quijada #1 pero que tuvo una crianza bajo velo de flor – una capa de levadura que se forma sobre la superficie del vino – durante 6 meses. El resultado es un blanco que de a poco muestra su carácter, con una boca licorosa y algo filosa. El más joven de la muestra, el Aresti Trisquel Series 2018, cuyo 50% se mantuvo en contacto con sus pieles durante 4 meses, tiene una exquisita acidez que se realza con su perfil cítrico y goloso en nariz. Sin duda otro de los nuevos clásicos del Semillón en Chile.

Saliendo de nuestras fronteras, y partiendo por el salto a la cordillera, Mendel 2017 fue el exponente argentino de esta muestra, proveniente de un viñedo de más de 70 años ubicado el Valle de Altamira. Ahí, sus uvas dan vida a un blanco que huele a peras, manzanilla y frutos secos, con una acidez media y una estructura que lo hace muy gastronómico. Australia, actualmente con 4.500 hectáreas de Semillón – de una total de 130 mil hectáreas de viñedos – tiene a esta cepa como la séptima variedad del país. Hunter Valley – a 160 km de Sydney -, es una de las zonas más importantes para el Semillón en el mundo y de ahí proviene Brokenwood Reserve 2011. Su enólogo, Stuart Hordern, nos cuenta como el cálido clima de la región y sus suelos arenosos influyen en la cepa, dando aquí un vino que sin paso por madera, tiene notas a brioche, fruta blanca y algo de lemongrass. Sin duda el más complejo de esta sesión. Siguiendo con los exponentes extranjeros, Sudafrica, donde hace 150 años atrás el 90% de sus viñedos estaban plantados con Semillón, estuvo aquí representado por la bodega Thorne and Daughters con su Paper Kite 2015. Proveniente de uno de los viñedos más antiguos del Valle Franschoek, es el más austero de la muestra, algo floral y con notas salinas. Finalmente, no podía faltar Francia con un Semillón de Burdeos, y ahí, Chateau Bauduc Les Trois Hectares 2017 fue el elegido. Con un 20% de Sauvignon Blanc, se trata de un vino muy perfumado, fresco y floral, con una boca untuosa y de buen volumen. Volviendo a los chilenos, se extrañó el trabajo de otros excelentes productores como Maturana Wines, J.A Jofré y Leonardo Erazo con su Rogue Vine de Itata, pero ello de ninguna forma hizo que esta tremenda muestra sea un verdadero hito en el mundo del vino.

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