
Un servicio atento y muy informado, una cocina memorable y la mejor oferta de vinos de la zona, posicionan al restaurante El Bodegón de La Vinoteca como el nuevo imperdible de Puerto Varas.
Abierto a fines del 2021 y con una inmejorable vista al Lago Llanquihue y los volcanes Osorno y Calbuco, El Bodegón de La Vinoteca en Puerto Varas es un espacio en que el vino y la cocina se conjugan como en ningún otro lugar de esta zona del sur de Chile.
Y es que esta especie de embajada del vino es mucho más que una notable experiencia en torno al buen beber. La tienda, con un amplio surtido que no tiene nada que envidiar a sus homólogos capitalinos, cuenta con una selección de etiquetas de grandes y pequeños productores, además de destilados, licores, cervezas y otros brebajes que son una invitación a descubrir y compartir.

Una estupenda selección de charcutería y quesos franceses e italianos, se suman a esta vitrina donde la calidad no se tranza y se deja palpar en sus mesas, ahí donde también desfilan platos de gran enjundia. Una carta variada, que viaja por distintas preparaciones y sabores, permite jugar con el maridaje, el cual aquí tiene infinitas posibilidades.
Hablamos de cientos de etiquetas, todas disponibles para consumo en el mismo restaurante a precio de tienda. Un batallón donde conviven, por ejemplo, productores pequeños como Massoc Fréres y su fantástico L’ Assemblage, una fresca y ligera mezcla de uva País de dos terroirs distintos del Valle del Itata, que muestra una elegancia, una fruta y una acidez inusual para la cepa; y otros medianos como la Viña Garcés Silva y su gran Amayna Chardonnay, un vino de rica estructura y mineralidad que se combina con marcadas notas a frutos secos y toques florales y tropicales.

Al mando de la cocina está Juan Andrés Morales, chef de larga trayectoria y quien antes de aterrizar en Puerto Varas, estuvo 8 años cocinando con el mediático chef italiano Ennio Carota en su restaurante Pastamore en Santiago.
En este Bodegón, Morales desarrolla una propuesta que si bien, sigue el mismo patrón que el resto de los locales que La Vinoteca tiene repartidos entre Santiago y Viña del Mar, imprime una sazón personal que parece haber estado siempre aquí.
Técnicas clásicas, algo de inspiración mediterránea, pero mucho gusto local, es el sello de esta cocina donde buena parte de sus materias primas se trabaja con productores de la zona.

Aprovechando los últimos días de la temporada de trufas, un filete de vacuno cortado a cuchillo es la base de un Tartar que viene coronado con lascas de este noble y perfumado producto, lo cual potencia un conjunto cuya carne es sazonada con mostaza, cebollín, duxelle de champiñones y yema de huevo encima. Y sí, solo basta mezclarlo todo para que los sabores se levanten y la yema aporte esa untuosidad y amalgama que solo la mejor salsa del mundo – la misma yema – puede lograr. Fresco y muy goloso, es un tartar que también juega con un suave picor.

El mar hace lo suyo en gran parte de la carta, y ahí entre los entrantes, brilla el Sartén del Mar, una fiesta profunda y recargada de sabor donde langostinos, choritos y ostiones, comparten espacio con un trozo de pescado al ajillo. Si bien este último podría no estar en la ecuación para ser un plato memorable, su sabor aporta el contrapunto hot a este conjunto donde es obligación terminar con la cuchara para no dejar ni una gota de su power y reparador caldito que se va depositando en el fondo.

Otro sartén, esta vez con una rotunda y sabrosísima base de papas fileteadas con puerros y setas salteadas con guanciale – OMG! una composición que ya nos imaginamos por si sola como un gran plato -, viene con tentáculos de pulpo de buen gramaje que se sienten blandos y sabrosos. Hablar de contundencia aquí es poco, pues se trata sin duda de uno de los mejores platos de pulpo que hemos probado en mucho tiempo.

Un chanchito que podría cocinar tu abuela, pero amplificado en sazón y actitud es lo que aquí bautizaron como Chanchito Maravilla. Se trata de un gran trozo de costillar deshuesado y braseado que se deshace con el tenedor y que viene confitado con arrope y vinagre de pipeño, acompañado de milhojas de papa, zapallo camote asado y tomates confitados. Otro festín al paladar que trae a la memoria muchas cosas, pero donde lo más importante es el recuerdo de platos servidos con cariño y enjundia.
El Bodegón de La Vinoteca
Diego Portales 204, Puerto Varas.
@lavinoteca_puertovaras