
Una notable propuesta de coctelería nace junto a un local de sushi cuya pequeña pero llamativa barra invita a un viaje por los sabores asiáticos. Esto es lo que se bebe en el nuevo Palillos de Bambú de Providencia.
Instalado hace apenas 2 meses en lo que podríamos llamar el límite norte del Barrio Italia, Palillos de Bambú – que cuenta con un primer local en San Bernardo – es el nuevo sushi que a primera vista destaca por su iluminada pero minimalista barra, lugar donde la coctelería gira en torno a ingredientes como lychee, yuzu, nori, sake o lapsang souchon. Tras el diseño de la barra – en cuya iluminación predominan los tonos verdes -, como en el de la carta de coctelería está Israel Rus, destacado bartender cuya trayectoria incluye también las propuestas de Mamá No Quiere y AdeEne, a lo que suma experiencias previas como head bartender en lugares como Bar Mañío y el desaparecido Geber Alchemist Bar.
“Hace poco tiempo empecé a empaparme de este estilo de coctelería y cada vez me va gustando más la esencia del trabajo japonés. Es un trabajo que se enfoca en detalles y se respeta mucho la materia prima, sobre todo la base. Eso es lo que intentamos replicar en esta carta”
Israel Rus

En esta nueva propuesta, Rus creó 5 cocteles de autor “cada uno en su vaso propio, algunos de la línea finesse nude que le da mucha elegancia al coctel, otros en vasos de cerámica y contenedores orientales”. Buena muestra de esto último es Sakura ($ 7.500), la mejor elección para comenzar y un aperitivo de lujo hecho a base de sake, sauvignon blanc, óleo sacharum de lima-limón y agua tónica. Servido en un cuenco al más puro estilo de un ritual japonés, este perfumado cóctel tiene una elegancia y frescura que se combina con la estructura y las marcadas notas aportadas por el vino – nada menos que el Cartagena de Casa Marín – como cítricos maduros y miel de ulmo, junto a los sutiles matices del sake Tozai Well of Wisdom – una joyita de calidad Ginjo – , el cual también aporta a lo cítrico.
Antes de agarrar los palillos y para quienes buscan sabores más conocidos, buena idea es Big In Japan ($ 7.500), especie de Bramble que mezcla gin, hibiscus, lima, frambuesa y Chambord. De perfil dulce pero refrescante, este cóctel compite en sabor con Yohiro ($ 7.500). combinación de pisco Espíritu de los Andes, lychee, yuzu, aquafaba y mandarina, materias primas que también aportan un toque cítrico.
“Jamás había profundizado en las bebidas orientales, más allá de haber probado algún sake. Es por esto que empecé a estudiarlo y también viajé a Buenos Aires para juntarme con Nicolas Constantin que es un especialista en la materia y ahí pude ver como trabajaban el sake en su local y también tuve la oportunidad de visitar bares con este concepto oriental que se las trae”
Israel Rus
Los clásicos también tienen aquí su espacio, eso sí con un twist, y ahí el sake vuelve a hacer lo suyo en preparaciones como Tokio Mule ($ 6.500). remasterización del Moscow Mule donde al vodka y la ginger beer le suman sake y yuzu, mientras que Paloma de Sichuan ($ 5.500) le da una vuelta al clásico mexicano agregando pimienta de Sichuan a la mezcla de tequila y soda de pomelo.

Todo un espectáculo es Monte Fuji ($ 7.500, en la foto anterior). coctel a base de gin, St Germain, aloe vera, cedrón y Lapsang Souchong. Servido dentro de un recipiente con hielo seco – el cual se evapora gradualmente para simular el efecto del humo -, se trata de una mezcla de sabor intenso y especiado que juega con matices dulces y florales. Esa complejidad lo hace ideal para acompañar algunos de los platos, sobre todo aquellos de perfil más graso como es el caso del Tartar de Salmón ($ 5.800) que incluye palta, apio y cilantro en salsa acevichada, o el Maki Mozarella ($ 5.200) roll a base de kanikama, palta y queso crema, envuelto en salmón gratinado con queso mozzarella.
Palillos de Bambú.
Rancagua 390, Providencia.
@palillosdebambu_
Muy buena nota. Define todo lo que es esa barra. Gracias