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El Semillón de Chile

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Un gigante escondido.

De cuna francesa y por mucho, más valorada que en el último tiempo en nuestro país. Se trata de una de las tres variedades blancas permitidas en Burdeos, la que tiene ” hombros”, la que no teme podrirse; la que en algún momento llego a ser una de las cepas más plantadas en Chile con 35 mil hectáreas, perdiendo terreno luego frente al Sauvignon Blanc y la Chardonnay. Un gigante escondido entre sus símiles, poco entendido y explotado, salvo por un grupo de cinco enólogos que sin coordinación alguna, deciden retomar contacto con el Semillón; buscando identidad tras una mano enológica marcada, mostrando la versatilidad de la cepa y su gran potencial. No es de extrañar entonces, que el resultado sean vinos diferentes, los cuales fueron presentados en una cata inédita realizada hace un par de semanas en el Hotel Renaissance. Estos son los vinos y sus creadores.

Juan Ignacio Montt
Trisquel Series 2015, Viña Aresti, Valle de Curicó.

De carácter fresco, algo de pomelo y peras, flores blancas, aún cuando parecía estar contenido en si mismo ya que mostró una rápida evolución, dejando un carácter herbal y aromas que recuerdan al eno y fardos de paja. En boca se mostró de forma suave, con una buena acidez y mediana profundidad.
$ 8.900 en ventas@arestichile.cl

Felipe Ramírez
Las Mercedes 2015, Viña Bouchon, Valle de Maule.

Ya lo habíamos probado al poco tiempo que de su lanzamiento. Con uvas provenientes de parras de más de 70 años, muestra con un amarillo pajizo un tanto turbio y una entrada muy frutal: piña madura y piel de naranja, las que dan paso a notas herbales e incluso con matices a menta fresca y tomillo. Posee una gran acidez, la que permite incluso identificar de forma más fácil una sutil mineralidad.
$ 7.500 en tiendas especializadas.

Sebastián Labbé
Quijada #1 2015, Viña Carmen, Valle de Apalta.

Con un perfil bastante maduro en nariz, nos entrega notas lácticas mezcladas con fruta tropical, algo de papaya y cera de abeja. Aromas tostados nos habla de su fermentación en barricas que si bien es cierto son de tercer uso, no dejan de hacerse presentes. Ya en boca nos sorprende con una acidez bastante marcada y una paleta más herbal, totalmente entendible si pensamos en el15% de Sauvignon Blanc de Leyda que le agregan.
$ 15.000 en tiendas especializadas

Alfonso Duarte
Barrel Series 2015, Viña Casas del Toqui, Valle Cachapoal.

Si pensáramos en semillón deberíamos pensar en la paleta aromática que muestra este vino: pieles de duraznos, flores, cera e incluso miel, lo más correcto, pero también el menos complejo. Vinificado como sauvignon blanc – es por eso su amarillo verdoso – y a diferencia de sus pares, no hubo trabajo alguno con las pieles. Acidez correcta, creo que es un buen vino aun cuando no explota la uva que la viña posee, con viejas parras de más de 40 años.
$ 5.990 en tiendas especializadas.

Alejandro Jofre
Sauvignon Vert 2015, J.A Jofre, Valle de Curicó.

De nariz muy expresiva, aromas a eucaliptus, humedad, algo de resina y flores blancas, dan la entrada a frutas maduras y melosas, notas a durazno maduro y arrope de miel. Tiene un gran peso en boca, el cual es levantado por una marcada acidez muy bien integrada al volumen de esta mezcla; y es que no podemos olvidar que las cubas de semillón fueron rellenadas con sauvignon vert, lo que aporta mayor frescor y esas características notas herbales.
$ 11.990 en el Mundo del Vino.

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