
Pocas veces en Chile una cocina extranjera se muestra fiel a su origen. Ejemplos sobran, incluso con cocinas tan cercanas como la peruana, adaptada por estas latitudes al paladar nacional. Pero mientras más chilenos viajan a distintos rincones del mundo, esos viejos paradigmas comienzan a exorcizarse con actos de fe y sazón como en Kantu y su “cocina inadaptada”.
Hablamos de salsas y picores correctos, de materias primas originales y recetas que se siguen al pie de la letra. Una fórmula que, en su nuevo local de Barrio Italia (donde antes funcionaba el restaurante vegetariano Verde Sazón), hace que Tailandia y Vietnam se abracen en un juego de colores, figuras, símbolos y mucha información visual que funciona como gran aperitivo de sus platos, muchos de ellos clásicos reconocidos por estas latitudes, y otros, que son un descubrimiento para paladares curiosos.

“Kantu es una cocina casera, muy local, y no tan gourmet, pero con un sabor que te transporta al Sudeste Asiático” nos explica José Miguel Arenas, socio de este lugar quien junto a su esposa Macarena Reyes y la pareja compuesta por Carolina Vidal y Rodrigo Gutiérrez, comandan esta especie de capsula que viaja a los tradicionales mercados de esa parte del mundo para caer en picada sobre sus manjares callejeros.
Lo que partió a mediados del 2021 como un local de paso en una de las tantas galerías que conforman el Barrio Italia, es ahora un restaurant hecho y derecho que muestra una carta más variada y resuelta en sabores. Para partir, no fallan los Nems ($ 9.000), esos rollitos fritos de papel de arroz rellenos de chanchito, fideos de arroz y verduras, que se comen envueltos en hojas de lechuga con menta, albahaca y pepino. “Son típicos de la parte norte de Vietnam, especialmente de Hanói, ya que muy cerca de esa ciudad es donde se fabrica el papel de arroz” nos cuenta Arenas.

De Vietnam, con esa cocina más fresca y ligera, nos vamos a Tailandia con sus sabores picantes y unas Curry Bombs ($ 6.500, en la foto anterior), croquetas de arroz con pollo al curry que juegan con distintos niveles de picor. A muchos les recordará los arancinis italianos, pero esta es una versión hot que viene del otro lado del mundo y es un emblema de la cocina callejera.

Su coctelería, aun en desarrollo, contiene algunos aciertos como el Bahía de Halong ($ 6.500) recién incorporado en carta y cuya mezcla de vodka, limón, syrup de albahaca y cerveza lager, resulta un aperitivo ligero, refrescante y que remata con su efervescencia. Otro, también nuevo en la carta, el Inadaptado ($ 6.000, en la foto anterior) funciona bien como bajativo por su perfil más complejo, mezcla de whisky, syrup de té tailandés, notas ahumadas y un toque de limón.
“La selección de platos la hicimos pensando en una mezcla de diferentes zonas de cada país, como lo más típico, pero también pensando en los ingredientes que podemos encontrar acá en Chile para llegar al sabor original”
José Miguel Arenas, socio de Kantu

Y si el apetito crece después de un par de cócteles buena idea es avanzar en su carta con clásicos como el Satay de Pollo ($ 9.000, en la foto que sigue), brochetas de pollo marinado en una salsa hecha en casa a base de mani, curry y especias tailandesas. Con una carne de pollo que se siente turgente y jugosa, una salsa fresca que parte dulce y que luego se siente salada y algo picante, este el mejor satay que hemos probado en Santiago desde hace mucho tiempo. Viene acompañado de encurtidos en vinagre de arroz que aportan un gran contrapunto.

En los fondos, otro plato que está en la memoria de muchos paladares chilenos: el Pad Thai original ($ 11.500, en la foto que sigue), con pollo, tofu y camarones – la carta también cuenta con opciones veganas y vegetarianas de este plato -, todo junto a verduras, maní y fideos de arroz salteados en rica salsa pad thai. Un conjunto de sabores que recorren todo el paladar, y como no, si aquí hay dulce, ácido, amargo y salado a la vez.

Curioso resulta el Curry de Coliflor ($ 10.000), un plato donde el arroz se sirve en el mismo plato, “es uno de los pocos currys que se sirve de esa manera en Tailandia” destaca Arenas, y aquí nos encontramos con un curry rojo con leche de coco de rico picor. Con el mismo curry, y siendo una novedad para estas latitudes, el Khao Soi Gai ($ 11.000, en la foto que sigue) sorprende. Trozos de pollo y fideos al huevo llegan aquí bañados en una sopa en que el curry, power, arrasa e integra todo el conjunto. Los mismos fideos, pero fritos, coronan el plato y aportan un lado crunchie.

Para el final dulce, gran idea es probar el Mango Sticky Rice ($ 6.500) un postre a base de arroz glutinoso acompañado de slice de mango y salsa de coco. Muy popular en Tailandia, es vegano y tiene un sabor suave y fresco. Lo mejor es que funciona muy bien limpiando el paladar luego de un desfile de intensos sabores en Kantu.
Kantu
Av. Italia 857, Providencia.
@kantufood