
Una gran puesta en escena, ecléctica, pero a la vez refinada, alberga a este recién estrenado restaurant bar nikkei, cuya propuesta tiene el rigor suficiente para posicionarlo entre los nuevos referentes de su tipo en Santiago.
Abierto hace pocas semanas, lo primero que impresiona de Kiara Nikkei es su imponente tamaño: 450 metros cuadrados repartidos en dos niveles de exquisito diseño en el cual conviven distintos elementos, entre ellos, murales con motivos selváticos, lámparas tejidas por artesanos, símbolos prehispánicos y un mobiliario fabricado con diferentes texturas que le otorgan un aire refinado. Todo se conjuga para una gran experiencia visual, primer punto de un viaje que aquí – y esto es lo más importante -, tiene múltiples y sabrosas paradas.

Y si la pregunta es por dónde partir en este lugar, la respuesta está en su fabulosa y muy surtida barra. Comandada por Yeny Uribe, talentosa bartender que hasta hace poco veíamos brillar en Galpón Italia, y aquí, junto a un entrenado equipo, dan vida a una propuesta de coctelería que, aún en desarrollo, ya cuenta con varios aciertos. Gran ejemplo de ello es Japan Soul ($ 8.900, en la foto que sigue), coctel que mezcla gin Beefeater Pink infusionado en flor de Jamaica, sake Tozai, Ramazzotti, puré de pomelo, licor de maracuyá, jugo de limón y lambrusco. Combinaciones como ésta muchas veces pasan la cuenta, pero aquí logran un equilibrio y elegancia de sabores en distintas capas que luego evolucionan de manera notable a medida que se bebe.

Con una amplia selección de destilados, la estilosa barra de Kiara Nikkei funciona como un imán para los amantes de la coctelería. Ya se trate de clásicos o de creaciones de autor, todo indica que van en camino a desarrollar una propuesta de alto vuelo.
Más hay en Gravity ($ 9.900), especie de remasterización del clásico Paloma y que aquí hacen con Tequila añejado, mezcal, syrup de agave, licor de sauco, puré de pomelo y jugo de limón. Coronado con una perfumada y sexy burbuja de naranja, efecto que explota a los pocos segundos, este refrescante cóctel funciona muy bien como aperitivo, mismo rol que cumple Tropical Sunset ($ 10.900, en la foto que sigue), cóctel largo que viene con Johnnie Walker Gold Reserve, cordial de peras, jerez, St Germain, limón y tónica dry. El resultado es una mezcla que sorprende por su balance y complejidad – el cordial de peras funciona como puente entre el whisky, el jerez y el St Germain -, con un rico juego entre lo frutal y lo floral, toques a barrica y frutos secos que rematan con la efervescencia y perfil seco de la tónica.

Si bien hay un gran trabajo en la barra, en esta carta de coctelería falta sintonía fina con la propuesta de su cocina. Incorporar más preparaciones con materias primas como el sake, o incluir otros productos japoneses, elevaría sin duda la experiencia. “Actualmente nuestra coctelería está más basada en sabores de perfiles clásicos, frescos, sutiles y balanceados” nos cuenta Yeny Uribe. ¿Lo que viene? Una nueva propuesta, más exótica y atrevida tanto en sabores como en presentaciones, agrega Uribe.
La cocina, comandada por el experimentado chef Cristian Zuloaga, saca a relucir con sazón y oficio los principios de esa fusión que entremezcla sabores y técnicas de la cocina peruana y japonesa.

Prolijidad y sugerentes sabores encontramos en las preparaciones que Cristian Zuloaga y su experimentado equipo hacen desfilar en las mesas de Kiara Nikkei. Y es que después de contar con las mejores escuelas de su tipo en Santiago – hablamos de los primeros tiempos del Osaka, del desaparecido Ozaki y del emblemático Matsuri – la cualidad más importante de la cocina nikkei se imprime hoy en la propuesta que desarrolló para esta nueva casa. “Cada uno (de esos lugares) me dio una experiencia para poder trabajar y desarrollar diferentes talentos de los cuales hoy puedo presentar, inspiración en ingredientes, contraste de sabores y que puedan transmitir una mezcla culinaria” comenta Zuloaga.

Ese rigor técnico, es sinónimo aquí de elegantes y finos bocados de tamaños justos y que en boca son una explosión de sabores. Ahí están sus nigiris, como el que viene con filete anticuchero, puré de camote a la naranja, salsa de huacatay y quinoa crocante ($ 4.900), o el gunkan de salmón con foie grass sopleteado con aceite de trufa blanca ($ 5.900).
“Mi paso por Ozaki, Osaka y Matsuri, fue un aprendizaje para poder desarrollar lo que verdaderamente quiero hacer en cocina hoy en día, lo que quiero proponer y lo que se puede hacer con toda esta gama exquisita de ingredientes”
Cristian Zuloaga, chef ejecutivo
Con la misma sutileza elaboran makis como el que llega relleno con camarón furay y palta, cubierto en salmón, mayo amarilla, salsa teriyaki y gel de limón ($ 12.900), o versiones que por estos días estrenan en carta como uno relleno con cebolla en tempura y palta, coronado por un curioso tartar de pulpo karami de suaves toques picantes. Interpretaciones creativas que en carta se acompañan de otros sabores como es el caso de las gyosas de vegetales ($ 9.900), bocados rellenos de cebolla caramelizada, repollo, shitake y tofu, servidas con salsa de huacatay e hilos de nabo blanco.

“La mezcla de técnicas y el carácter exuberante de los aliños”, explica Zuloaga, hace de la cocina de Kiara Nikkei “una fusión de productos que hacen que el paladar disfrute de varios sabores a la vez”. Esa mistura, sigue y se desenvuelve en fondos como el Trigoto de betarraga con queso de cabra y asado de tira nikkei ($ 21.900), o en el Filete cocinado a baja temperatura con puré de camote trufado, salsa de shitake y brotes, el cual llega a la mesa cubierto por una cúpula con humo de roble. El resultado, una vez liberado el humo, es un plato cuya carne tiene el punto perfecto para atrapar el ahumado y hacer el match con el contrapunto trufado.
A la hora del postre, la fusión de sabores continua bajo la tutela de la chef pastelera Francisca González, quien se luce con el Misoxocolatl ($ 6.900), preparación que consta de un adictivo mousse de chocolate 70% origen Perú/Ecuador, sobre bizcocho húmedo de cacao, cremoso a los dos chocolates, baño crocante de almendras tostadas y salsa toffee miso que le otorga un final salado.
Kiara Nikkei
El Rodeo 13332, Lo Barnechea.
@kiaranikkei