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Que hay de nuevo en Gracielo

Foto: © WhereLunch.com

Pocos restaurantes y bares en Santiago han surfeado estos difíciles meses sin una reinvención de su propuesta. Los ajustes de carta y equipo ya son un estándar, pero hay varios que han tenido que realizar un giro mayor a su oferta original. Gracielo, el bar instalado en la azotea de una antigua casona de Providencia es uno de ellos. Si antes su coctelería ganó adeptos a su barra por su ingeniosa y cuidada factoría – se extraña esa simbiosis que tenía con Casa Garla y cuyo resultado eran estupendos cócteles como Arigato, el que evolucionaba a medida que una esfera de hielo de matcha se derretía -, ahora la vuelta es a los sabores más conocidos, con preparaciones como Tshewen-Tshewen, mezcla de gin, syrup de cedrón, pomelo y ginger ale ($ 6.900, en la foto). Otros como Dr Chapatin, combinación de vodka, piña, Chartreuse verde y syrup de limón ($ 6.500), o Romero Santo, el cual trae gin, almíbar de romero, limón, Luxardo Marrasquino y sal de romero ($ 6.900) siguen en la misma línea con perfiles que juegan entre lo dulce y lo cítrico.

Foto: © WhereLunch.com

En la cocina, sus tapas dejaron a un lado los riesgos, enfocándose en preparaciones más sencillas, pero aun así superiores a muchos otros bares de Santiago. El Hummus & Vegetales asados ($6.900) es un acierto, plato que ya habíamos probado en su servicio de delivery hace algunos meses y donde un clásico hummus de garbanzos viene con tiernos brócolis asados, champiñones y castañas de cajú. No tuvieron la misma suerte esta vez las Croquetas San Res ($ 6.500), con mermelada de pimientos asados y cebollín, cuyo relleno estuvo falto de sazón. Los Baos Vegetarianos ($ 6.500) resultan sabrosos en su fórmula que combina una milanesa de zapallo con coleslaw, palta y nueces, al igual que los Camarones & Fritos ($8.900), con camarones apanados, mayonesa con sriracha, rúcula y coleslaw sobre pan brioche tostado. Diversas pizzas, sánguches y hamburguesas concentran también los sabores, fórmula que no falla y donde las primeras están hechas con masa a la piedra y vienen con rellenos que incluyen jamón serrano, rúcula, queso grana padano y aceitunas verdes ($ 7.900).

Sin la chispa que antes hacía vibrar las papilas de quien escribe – y sí, quizás partieron con la vara demasiado alta – Gracielo es ahora un lugar ondero y que cumple, formando parte del circuito de bares de moda de la capital.

Gracielo.
Cirujano Guzmán 194, Providencia
@gracielobar

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