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Teppanyaki en Matsuri

En plena remodelación para convertirse próximamente en el flamante Mandarin Santiago, el Hotel Santiago – ex Grand Hyatt – , mantiene con su restaurant Matsuri el espíritu nipón. Al entrar, es posible apreciar la cantidad de detalles – repartidos en distintos ambientes -, que mezclan lo oriental con lo occidental, siempre con el clásico toque minimalista japonés. Por ejemplo, en sus dos salones tatami, pequeños, sin sillas y con mesas bajas, tal como acostumbran los japoneses, predominan los colores rojo, blanco y negro, con detalles de madera y algunos biombos japoneses. Para los que prefieren lo que es tradicional a este lado del mundo, está el ambiente con mesas y sillas altas, pero con bonsais en cada una de ellas. A eso, se suman dos mesas teppanyaki, disponibles para un mínimo de dos a un máximo de doce comensales, y donde se puede ver todo lo que se prepara. Aquí es donde el chef Juan Ozaki luce su talento, algo que literalmente va en la sangre. De ascendencia japonesa y hermano del reconocido chef José Ozaki – Piso Uno y dueño de Distrito Nikkei y República Nikkei – conserva en su familia el bagaje de la cocina asiática.

Siguiendo la tendencia de los últimos años de preferir productos locales y de temporada, en Matsuri se respeta la tierra y el mar sirviendo platos más frescos y deliciosos. En su carta de teppanyaki, cuentan con tres opciones de menú que varían en valor de acuerdo a la entrada y a la proteína. El primero es un menú exprés de cinco tiempos que puede ser de salmón o pollo ($ 20.000); el segundo en vez de sushi, viene con yasai tempura ($ 28.500); mientras que el tercero y más grande incluye doble entrada y doble plato de fondo ($ 35.900). Esta alternativa incluye como entradas sushi omakase a elección del chef, tan bien sazonado que no requiere salsa de soya, además de gyosas de atún fresco y las famosas yakitori: brochetas de camarón y pollo. Ambas, se sirven con el punto justo de salsa agridulce.

En los fondos, esta propuesta se acerca a uno de los pescados favoritos del chileno: el salmón. Esta vez, es necesario recordar que todas las preparaciones han sido adaptadas al gusto local, pues en Japón suelen comerlo con menos cocción. Cocinado a tres cuartos, el pescado es flambeado con pisco: todo un espectáculo para el comensal en cuanto la llama alcanza una altura de un metro. Acompañado con verduras salteadas de la estación, el conjunto destaca por sus inesperadas combinaciones de sabor presentes con una salsa amarga y otra dulce. Como sugerencia, es necesario partir por lo amargo y vegetal para luego mezclarlo con lo dulce. Como segundo fondo, viene un arroz frito con verduras y filete de vacuno. Nuevamente la carne viene con el punto de cocción adaptado al sabor local. El arroz, está frito en su punto exacto y las semillas de sésamo negro le otorgan una rica suavidad.

Para finalizar en esta aventura, llega el momento del postre. Cabe destacar que en los países asiáticos no es una costumbre como en la cultura occidental, pero en Matsuri saben jugar con eso. Porque si hay algo que los japoneses aman y consideran un lujo culinario es comer frutas. Así mismo: frutas. Un excelente postre acompañado de una pequeña bola de vainilla. Si imaginaron que vendría una torta de chocolate o algo por el estilo, recuerden que este menú es extenso y que por su concepto japonés no podría haber otro mejor final.

Matsuri.
Hotel Santiago Av. Presidente Kennedy 4601, Piso 1, Las Condes, Santiago

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