
Comenzamos nuestra serie por los Sabores de Panamá con esta nota por sus barrios gastronómicos y los restaurantes que hay que probar.
Panamá es un país pequeño que con poco más de cuatro millones de habitantes, ostenta el record latinoamericano en cantidad de edificios de más de 200 metros de altura. Famosa es la postal de su capital, Ciudad de Panamá, con la hilera interminable de rascacielos que bordean sus avenidas frente al mar, lo cual pudimos contemplar por primera vez a medida que el avión se prestaba a aterrizar en el Aeropuerto de Tocumen, punto de inicio de nuestra visita por dos semanas a este destino turístico famoso por su gran Canal, que conecta los océanos Pacífico y Atlántico. Lo primero que hay que saber, es que es un país donde la moneda local – llamada balboa – está a la par del dólar, tanto así que el papel moneda que más circula es precisamente el norteamericano. Comparado con otros países como Colombia, este es un lugar que resulta más caro, por lo que cuando se es turista, hay que preocuparse por ejemplo de regatear a los taxistas. Aquí no se usa taxímetro, por lo que las tarifas solo dependen del ánimo del taxista y del lugar donde se tome o se vaya – un mismo recorrido puede variar desde los 2 USD a los 8 USD -, incluso si hablamos de restaurantes. Con precios que van desde los 60 USD hasta los 120 USD promedio por pareja – este último en los lugares más top -, la oferta gastronómica de la ciudad es inmensa, pero si se quiere recorrer una buena muestra de ella, lo mejor es distribuir el tiempo visitado los tres barrios gastronómicos más importantes: El Cangrejo, Casco Antiguo y San Francisco.
El Cangrejo. En este barrio, que concentra además la mayor oferta hotelera de la ciudad, conviven clásicos restaurantes junto a nuevas y sofisticadas propuestas. Una de ellas es el Azahar, restaurante al que llegamos una noche previa reserva en degusta.com, el sitio de reservas más grande de Panamá. Con una estética elegante y algo chic, este lugar – del cual les contaré los detalles de nuestra experiencia en una próxima nota -, combina los sabores locales en una notable propuesta de cocina fusión. Muy cerca de ahí, se puede llegar caminando a la Via Argentina, la avenida con la mayor cantidad de restaurantes del barrio. El Trapiche, una especie de Liguria panameño, tiene desde su nacimiento hace más de 30 años a la cocina nacional como protagonista – y especialmente a los sabores del interior del país -, lo que se refleja en la “Fiesta Panameña”, una gran bandeja con toda clase de delicias criollas: patacones, yuca, chicharrones, tamales, arroz con pollo y ropa vieja; clara evidencia de su conexión con la cocina colombiana, como no, si este país formó parte de Colombia hasta inicios del siglo XX. Otro que apuesta a los ingredientes locales pero bajo una propuesta de platos creativa es Riesen, el cual bajo los fuegos de Hernán Correa – uno de los chefs más reconocidos del país -, despliega preparaciones que van desde churros de yuca con ropa vieja, arroz con guandú, chicharrones y lechona, hasta helados artesanales a base de ron Abuelo.

Casco Antiguo. Imposible no dejarse perder entre sus estrechos pasajes, entre los cuales abundan grandes casonas de fachada continua, muchas de ellas recién remodeladas y convertidas en tiendas de diseño y restaurantes. Impresiona la variedad de propuestas, con cocinas que recorren los sabores de mundo, incluyendo varios rooftop-bar con impresionantes vistas a la bahía y al centro financiero de la ciudad. Para comenzar, un imperdible es Jeronimo, el primer speakeasy bar de Panamá cuya imponente barra se esconde al interior de una ondera galería de arte; o Crave, un restaurant de confort food donde muchos dicen se come la mejor hamburguesa del barrio. El Caso Antiguo es también el hogar de Madrigal, el restaurant del talentoso Andrés Madrigal, un español que hace tres años se instaló en Panamá después de su paso por siete restaurantes en su país natal, varios de ellos premiados con una estrella Michelin. Aquí Madrigal se luce con un menú degustación que cambia a diario y que conjuga lo mejor de la gastronomía local. ¿Para probar? Ya les contaré más detalles en una próxima nota. Los sabores italianos también tienen cabida en este barrio y es que sorprende la cantidad de restaurantes de este tipo de cocina que hay en Panamá. Uno de ellos es Pastíssima, del chef italiano Gaetano Maturo. Con una estética minimalista que combina muros con piedra a la vista y mobiliario de diseño, su carta incluye clásicos como spaguettis al pesto, ñoquis al dente y sabrosas pastas rellenas, todas con una buena relación precio-calidad. Entre sus postres, buena idea es pedir su Pie de Limón, muy distinto al que estamos acostumbrados y cuya curiosa receta comprende una gruesa capa de crema limón sobre una delgada base de galleta molida, todo coronado con crema chantilly. Si la noche es larga, vale la pena darse una vuelta a La Rana Dorada – que también posee un local en El Cangrejo -, una cervecería artesanal en donde se puede disfrutar de una Pale Ale o una Porter junto a variedad de pizzas, y que está instalada estratégicamente en la entrada del barrio.

San Francisco. Es el último barrio de moda de la ciudad. Sus calles albergan tiendas, cafeterías boutique y una emergente oferta de restaurantes. Hace casi diez años años se instaló aquí una franquicia del reconocido restaurant de cocina peruana Segundo Muelle – marca con presencia en cinco países -, un lugar donde la sazón se deja sentir en platos como causa de cangrejo, ají de langostinos o chicharrones de calamar, además de una variada carta nikkei. A pocos pasos del Hotel Sheraton se encuentra Azafrán, un pequeño restaurant con toques de autor y en donde se cocina uno de los pulpos a la parrilla más aplaudidos de la ciudad. También hay preparaciones a base de róbalo, cordero – ojo con sus chicharrones y sus costillas a la miel -, cerdo y una particular receta de ñoquis de plátano. Para los que gustan de la cocina italiana, Casa Tua es el lugar que deben visitar en el barrio. Entre sus entradas, cuentan con un carpaccio de res que viene con aceite de trufa y hongos portobello con mozzarella, las que son la antesala de pastas como farfalle con salsa de queso parmesano y mascarpone, rigatoni con berenjenas, tomate fresco, queso grana padano y albahaca o linguine con camarones, calamares, mejillones y tomates. Ya en el límite noroeste del barrio – al final de la calle 50 -, está Maito, uno los últimos hits de Panamá, comandado por Mario Castrellón, el cocinero que ha revolucionado la gastronomía local. Probar su cocina es una experiencia memorable; pero ello, se los contaré en extenso en la próxima nota de nuestra ruta por Panamá.

Direcciones.
Azahar. Calle Jose Isaac Fabrega (al lado de Powerclub). El Cangrejo.
El Trapiche. Via Argentina con Ave. 2a B Norte. El Cangrejo.
Riesen. Calle D, Casa #16 (frente al Hotel Toscana). El Cangrejo.
Jeronimo. Av B y Calle 10. Casco Antiguo.
Crave. Calle Jose de Obadia (frente al Felipe Motta). Casco Antiguo.
Madrigal. Avenida A con Calle 5ta Oeste. Casco Antiguo.
Pastissima. Calle 9na oeste (diagonal a Plaza Herrera). Casco Antiguo.
La Rana Dorada. Calle Eloy Alfaro con Calle 11 Este. Casco Antiguo.
Segundo Muelle. Calle Crisantemos Nº 16, esquina con Calle 68. San Francisco.
Azafrán. Av. Los Fundadores (entre Calle 75 y 76). San Francisco.
Casa Tua. Calle 72, casa No. #4. San Francisco.
Maito. Al final de Calle 50 (cruzando Av. Cincuentenario). Coco del Mar.