
Es cierto que por al menos una década el Chardonnay chileno estuvo navegando sin rumbo. Se elaboraban vinos con un enfoque comercial, sin ningún sentido de origen, exigidos por el uso de la barrica, según lo imponía el mercado de turno. Es cierto también que esos parámetros han ido en retirada y en los últimos años valles como Malleco, Limarí y Aconcagua ha demostrado que se puede llegar a un gran nivel. En Casablanca la bodega de la familia Villard sabe que el Chardonnay es una variedad referente, capaz de mostrar expresión y elegancia. Fue así como nació Arganat, el Chardonnay más ambicioso de los Villard, una selección de los mejores cuarteles del campo que posterior a su vinificación se guardó durante 12 meses en barricas francesas Quartz (grano fino) de 300 litros, un hallazgo que según cuenta el propio Charlie Villard, mantiene esa expresión más pura de la fruta. Arganat está un par de escalones más arriba que su antecesor Le Chardonnay de la línea Grand Vin. Muestra juventud y complejidad. Se siente graso en boca, amplio y de buen recorrido. Se bebe bien ahora, pero con certeza evolucionará en un par de años guardado en la cava. Un detalle más que anecdótico: Arganat es la lectura en sentido contrario de Tanagra, el Syrah de clima frío que tiene la viña.
Arganat se puede comprar de manera directa a través del correo wineclub@villard.cl o en las tiendas de La Vinoteca a un precio aproximado de $39.000