Con un estilo fresco, ondero y relajado, Jerónimo es de esos lugares que están diseñados para pasar un buen momento compartiendo todos sus platos. La diversidad de su cocina, eco de su propuesta que pretende mostrar los sabores de distintas “esquinas” del mundo, es un viaje sin moverse de Santiago. A poco más de un año de su apertura, Jerónimo renueva su carta con esa chispa ecléctica que es capaz de combinar suaves y frescos trozos de pesca del día junto a calamares y camarones en una maravillosa leche de coco con curry, palta y choclo braseados ($ 14.800). De picor amable y a prueba de aquellos que huyen de sabores hot, es un osado y sabrosísimo ceviche, claro, diferente a cualquier otro que se pueda encontrar por estos días en Santiago. La enjundia sigue con el salmón gravad ($ 16.800), plato en que el pescado es cocinado al horno Josper. Suave y de exquisita textura, el salmón llega con su cubierta crujiente sobre una especie de guiso a base de papas chancadas, bechamel, salsa holandesa, pak choi, jugo de limón y un sutil y sexy toque de trufa.
En la carta se mantienen clásicos como sus afamados conos de salmón, preparación por la que muchos vuelven, además de sus tacos en tortilla artesanal, a los que se suma ahora una versión con asado de tira, queso y sour cream ($ 13.900). Las croquetas de camarones ($ 7.300), cuya mezcla incluye bechamel, queso pecorino, ají y tomillo, tienen una rica textura crunchie y un intenso y cremoso relleno, mientras que sus rigatonis ($ 13.900), llegan ahora con un ragú de chorizo y pato junto a zanahoria, perejil y cebollitas encurtidas, estas ultimas aportando frescura a este plato contundente y de carácter invernal. Ya en el final, los postres aquí siempre sorprenden, y ahora lo hacen con dos propuestas que parecen salidas de mundos distintos. Por un lado, el vaso passifloras ($ 6.500), fresquísima, liviana y aireada mezcla de panna cotta y yogurt griego junto a frutas de la estación y sorbete de maracuyá con mango; y por otro, chocolate y trufa ($ 6.500, en la foto anterior), brownie de chocolate bitter, polvo de cacao, aceite de trufa y helado de Baileys, una genial combinación que ya es candidata para el postre del verano. OMG! Baileys y trufa, un descubrimiento.
Jerónimo.
Alonso de Córdova 3102, Vitacura.
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@jeronimochile