Imagínate una tarde, después de un largo día, disfrutando de una gloriosa y refrescante copa de gin & tonic. Imagínate la misma escena, pero ahora en el flamante bar – con vista a los jardines y la magnífica piscina – del nuevo hotel Mandarin Oriental, Santiago. El icónico edificio hotelero de Las Condes, alberga ahora las primeras instalaciones en Sudamérica de esta lujosa cadena de origen asiático, que con 310 habitaciones recientemente renovadas – incluyendo 23 suites -, se eleva como una de las experiencias más exclusivas de la capital. Ahí, y con un equipo informado y muy bien preparado en las artes del perfect serve, el Bar Origen es el centro de una mixología que, sin pirotecnias, está varios peldaños más arriba de otros bares de hotel en la ciudad. Nobles materias primas, incluyendo infusiones y syrups hechos en casa, dan origen a preparaciones que logran cautivar a paladares exigentes y conocedores de la alta coctelería.
Ya lo adelantábamos. La especialidad de la casa es el gin & tonic, esa fresca mezcla a base de ginebra y agua tónica que es un mundo de posibilidades cuando se combina con otros productos, pero aquí y a diferencia de otras barras, lo que brilla es la sutileza. Si en otros lugares un gin como Hendrick’s suele vestirse solo con pepino, en Bar Origen le suman tinturas de manzanilla y lavanda, además de flores frescas, para lograr contrastes aromáticos que hacen de lo simple, algo memorable. Este sello, siempre bajo la técnica del perfect serve, se puede apreciar en otros trece y muy variados gin & tonics, contando entre ellos Opihr, un London Dry Gin con marcadas notas a especias y un sutil dulzor que es servido con tinturas de semillas de cilantro y cardamomo, junto a jengibre, cilantro fresco y ají en miniatura. Si, como un maridaje en la misma copa. The Botanist, otra célebre etiqueta que entre sus botánicos suma 22 hierbas y que habitualmente es servida en las barras de todo el mundo junto a hojas de menta y cítricos, sigue aquí esa receta pero junto a toques de canela como contrapunto.
En la cocina, el chef Juan Ozaki, el mismo tras Matsuri – el tradicional restaurant Nikkei del hotel –, se la juega con una acotada pero entretenida propuesta en formato finger food. Cuentan con unos crujientes conos en barquillo de sésamo rellenos de un fresco, sabrosísimo y cremoso tartar de salmón, y unos baos – esos panes de origen asiático cocinadas al vapor – rellenos de ensaladilla criolla y pork belly, panceta de cerdo cocinada por catorce horas de rica carne y cubierta crunchie. En la misma línea de sabores intensos, hay unos notables tacos de pato confitado con toques agridulces. Bocados que se pueden disfrutar en la terraza, en su salón o sin complicaciones en la misma barra. Si, porque sentarse en la barra es la mejor opción para quienes no temen beber solos, mejor aún si la conversación con el bartender está asegurada.
¿Cítrico, dulce o seco? Cócteles de autor completan una propuesta para todos los gustos, y lo mejor – como toda gran barra que se precie – con espacio para la improvisación. Atardecer en Mandarín es una mezcla de bourbon, té earl grey, syrup de vino tinto y jugo de mandarina. Servido en una fancy copa estilo Martini (en la foto), es muy aromático y al beberlo tiene una rica complejidad y un carácter seco. Algo que puede funcionar muy bien como bajativo, al igual que Pionero Cocktail, preparación a base de ron añejado, néctar Pedro Ximénez, licor Apricot, toques de Bénédictine y amargo de chocolate. Amplio y redondo, es un cóctel levemente dulce con un retrogusto que deja sentir las notas a barrica y muy tímidamente al chocolate. ¿Un clásico? No aparecen en carta, pero están siempre disponibles. Ya sea un Manhattan o un Negroni, en Bar Origen la experiencia está a la altura de las expectativas.
Bar Origen.
Hotel Mandarin Oriental, Santiago
Av. Presidente Kennedy 4601, Las Condes.
Teléfono + 56 229503188
@origen_santiago
Fotografías: todos los créditos Bar Origen.