
Con una elegante puesta en escena y una atmósfera intima y sugerente, este spin off del Bar La Providencia es un pequeño espacio escondido que brinda una grandiosa experiencia en torno a la coctelería.
Pequeño, íntimo y con una estética que recuerda a ciertas escenas icónicas del cine de David Lynch – luces tenues, terciopelo, lámparas antiguas y grandes cortinas en un sexy rojo que lo envuelve todo -, este es el nuevo speakeasy que está dando que hablar y beber en Santiago.
Y es que El Speakeasy es una experiencia que parte desde el momento en que te enteras dónde está su ingreso – antes de ello, solo sabes que está en alguna parte al interior del Bar La Providencia -, ejercicio lúdico y de estilo que demuestra el fantástico trabajo creativo que hicieron con su fachada, algo que logra desconcertar al más hábil busquilla.

Al llegar a la ansiada puerta, desde el interior alguien te pide la clave con la cual ingresas a un mundo nuevo cuya atmósfera lyncheana, ya lo decíamos, provoca una experiencia sensorial que te lleva por distintos viajes – los cócteles y sus efectos –, que si bien no dan todas las respuestas, logran que te olvides de lo que pasa afuera de sus paredes.
Con una capacidad para 15 personas, la pequeña y concentrada barra despacha ocho notables cócteles de autor que en su mayoría se basan en reversiones de grandes clásicos que se conjugan con productos de sabores conocidos. “La idea es tener sabores que la gente ya haya probado alguna vez y que se sienta identificado” nos cuenta Agustín García, experimentado bartender que lidera ésta y la barra principal del Bar La Providencia.

Reversiones con las que se permiten jugar, pero manteniendo la estampa de un speakeasy: la identidad, el estilo y el oficio de un concepto aquí muy bien logrado.
Ahí está por ejemplo el Martini Espumoso, osada mezcla inspirada en el Vesper Martini y el Bloddy Mary que hacen con un blend de vodka, Lillet Blanc, St Germain, bitter de naranja y agua de tomate clarificada hecha en casa. Terminado con un bitter de oliva y servido con aceitunas rellenas con mermelada de tomate a modo de garnish, es un cóctel refrescante, herbal y levemente dulce.

Otros juegos hay en Truficillin, tremenda remasterización del Penicillin a base de whiskey irlandés infusionado con mantequilla tostada y trufa, miel caramelizada, jengibre y jugo de cítricos, terminado con un perfume ahumado. Un cóctel aromático y elegante, que te seduce por su equilibrado carácter que va y viene entre lo cálido, lo cítrico y lo ahumado.

La vuelta a otro clásico, el Boulevardier, llega con Un Fresco y Amargo Oportunista, mezcla de Jack Daniel’s Gentleman, Campari, Oporto de ciruela y eucaliptus, vermut rosso, y vermut rosado. Robusto y de gran complejidad, es un cóctel de muchos matices y donde se muestran, entre otras, notas a roble tostado, especias dulces y hierbas, todo rematado por el clásico amargor del Campari.

A estos cócteles de autor – propuesta a la que se suman nada menos que 40 clásicos -, le acompaña una muy acotada (sí, aquí no se necesita más) y entretenida carta de tapas y finger foods, como las notables Tostadas Catalanas que vienen con mascarpone de la casa, lomo curado, fruta de estación, aceite de oliva y reducción de aceto balsámico. Otro platillo, las Croquetas Paisas, son dos grandes croquetas de arroz y queso mozzarella fritas servidas con salsa agridulce de maracuyá, plátano frito y alioli. Contrapuntos que funcionan muy bien y que complementan la experiencia en este singular speakeasy.
El Speakeasy
Av. Isabel La Católica 4208, Las Condes.
@elspeakeasy.bar