Experiencias Lugares que hay que probar

La Misión: vinos y alta gastronomía

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Si hay algo que faltaba en Vitacura era un wine bar. ¿Y qué tal si además incluyera un bistró? Esa fue una de las razones que motivaron a Jerome Reynes y Katherine Hidalgo para crear La Misión, el restaurant inaugurado hace dos meses en el lugar que antes ocupaba Fuy Santiago. Lo que podría haber sido un segundo Bocanáriz – el exitoso wine bar de Lastarria donde ambos son socios -, se transformó en un concepto mucho más diverso y que traspasa las fronteras chilenas, trayendo a su carta vinos provenientes de casi todos los países productores de América. De ahí el nombre de este lugar, que inspirado en el origen de la cultura vitivinícola del continente, cuenta con un servicio atento y bien informado – sobre todo en su gran barra de vinos –, además del talento del chef francés Jonathan Michel, quien hasta hace poco estaba a cargo de la cocina del premiado Ambrosía.

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Día y noche, su alta gastronomía se deja ver en todos sus platos, tal como ocurre con el menú de almuerzo ($ 14.500), una propuesta que ya quisiera cualquier restaurant del sector y en donde en tres tiempos, Michel imprime su sello no solo en el cuidado montaje de sus preparaciones, sino también en el juego de sabores y texturas. Este menú – que cada día cambia según la disponibilidad de los productos y que también incluye copa de vino y café – puede partir por ejemplo con una fresca entrada de mozzarella y prosciutto, junto a arvejas, emulsión de cacho de cabra, tostadas y un toque preciso de aceite de trufa. Un plato donde los sabores lácteos de la mozzarella juegan muy bien con las elegantes y sutiles notas de la trufa, las cuales contrastan con la intensidad del prosciutto y las notas terrosas de las arvejas. De fondo, un rollo de corvina a buen punto acompañado de salsa ponzu y verduras tempurizadas – entre ellas zanahorias y zapallos italianos –, suaves y de finísimo rebozado, puede ser la antesala de un postre como el semifrío de limón y papaya junto a helado de mil hojas y salsa de toffee, un conjunto que destaca por su rico contrapunto de sabores.

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Quienes gustan de platos livianos, deben saber que aquí acaban de estrenar las “ensaladas cardinales”, todas con una base de mix de hojas verdes: la Norte ($ 5.500), incluye además solomillo seco, mote con chalotas y hierbas frescas, dressing de choclo y albahaca y canchitas tostadas aportando textura; mientras que la Oeste ($ 8.500), dominada por dos tiernos trozos de pulpo, trae papas en cubo, chalotas, ajo, perejil, cilantro, toques de comino y un sabroso pebre de tomate. Sabores mediterráneos hay en la Este ($ 6.500) – la más entretenida de las cuatro en cuanto a texturas -, la cual contiene queso de cabra, hongos frescos y salteados, proscuitto, nueces, dressing de lúcuma y quinoa crispi que le otorga un toque crunchie. La Sur ($ 6.500) – con un montaje que recuerda a los molinos de viento -, viene con láminas de salmón ahumado en casa, tomates confitados y frutillas, dressing de yogurt cítrico con eneldo y tostadas con salsa de anchoas y alcaparras. Frescura, color y armonía.

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Por las noches, no hay que adivinar que el wine bar toma protagonismo, y es que en su carta con más de 400 etiquetas de vinos, hay mucho que probar, partiendo por sus vuelos – 3 copas de 50 cc. -, como La Ruta del Misionero ($ 6.200), compuesto de un Syrah del Valle de Ica (Perú), un Zinfandel de California y un Bonarda de Mendoza, este último ideal para maridar uno los platos estrella, el Lechón confitado con yuca y repollos (en la foto anterior). Otra buena idea es elegir alguno de los vinos por copa – con precios desde los $ 1.500 los 50 cc. – como un fresco y floral Torrontés de Kaiken (Argentina), un frutal Malbec de Lomas del Valle, o un curioso Syrah de Bolivia proveniente de la zona de Samaipata – a dos horas de Santa Cruz -, con notas a guinda y algo de chocolate. Por $ 2.500 adicionales, los vuelos llegan acompañados por una trilogía de tapas entre las cuales hay un elegante y sabroso pastel de lengua como maridaje de un intenso Tannat. Las mismas tapas llegan en formato degustación (12 tapas por $8.000), bocados del mar y la tierra ideales para compartir, algo que también ocurre con la charcutería de la casa – elaborada y curada en el mismo restaurante -, como la notable Tabla de Jamones y Salames ($ 6.500 para dos), la que incluye panceta, solomillo, jamón, copa y lomo liso; todo un juego de matices, algunos suaves y otros intensos, acompañados de verduras encurtidas. Sabores que invitan a viajar por sus vinos o relajarse en uno de sus múltiples ambientes, entre los cuales hay una terraza interior que ya queremos volver a visitar este verano.

La Misión.
Nueva Costanera 3969, Vitacura
Teléfono +56 2 22088908.
Más información en lamisionsantiago.cl/

Fotografías: La Misión.

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