Imágenes religiosas, objetos kitsh, viejos muebles de Iglesia, cultura pop. Sarita Colonia contiene todos estos elementos y los integra en una atmósfera lúdica, a través de un ejercicio creativo que incluye hasta una instalación con decenas de nichos que recorren los tres niveles del lugar. ¿Su propuesta? Una cocina peruana que se viste de otros sabores bien llamada “travesti”, como la denomina su dueño, el arquitecto y diseñador de interiores Gino Falcone.
Con un iPad entre sus manos, la imagen de Sarita Colonia observa desde su altar, como si estuviera ahí para tomar los pedidos, mientras llegan frescos cócteles como Niño Jesús ($ 7.500) – Jägermeister, syrup de jengibre y maracuyá, Club Mate y un toque de Grand Marnier -, un hilarante aperitivo para una cocina que se viene llena de sabores. Ahí están piqueos como el cremoso y fresco Tiradito de Ostiones ($ 8.500), o entradas como el sabroso y rotundo Solterito de Quinoa ($ 6.500), que viene con habas, cilantro, aceitunas moradas, arvejas, choclo peruano, rocoto y salsa de palta con miel.
El mito, sigue más sabroso y vivo que nunca con fondos como el Ceviche Chino ($ 8.500), una explosión de sabores que trae salmón marinado en leche de tigre oriental con limón, soya, caldo de algas, manzanas y salsa de ostras; o Wendy en Tailandia ($ 10.500), donde los sabores thai se dejan sentir en un cremoso de quinoa que llega con salsa de curry, leche de coco, ají amarillo, camarones salteados y nabo encurtido. Otro de los imperdibles son los Gnocchi de papa y beterragas con charqui de Salmón ($ 9.400) – bañados en una salsa de mantequilla, crema de leche y queso parmesano -, una preparación que resulta liviana y muy equilibrada, tanto así que otros ingredientes como el eneldo parecieran que hayan crecido en el mismo plato. Siempre y bajo el mismo espíritu, todo un hit es el Mim-Pao con lomo saltado ($ 8.100), una delicia cuyo enjundioso relleno de carne, viene abrazado en un masa brioche envuelta en papel de arroz y hoja de pak choy.
Finalizando el ritual, hay postres de curiosa presentación como el Turrón de Doña Pepa ($ 5.500), un clásico peruano que aquí llega acompañado de un singular helado de chicha morada. Mucho más fresco, el exquisito Blondie de harina y helado de coca ($ 4.900), es un golpe de sabores herbáceos que termina por convertirnos en devotos de este lugar donde no ocurren milagros, pero que tiene una de las cocinas más estimulantes de Santiago.
Sarita Colonia.
Loreto 40, Recoleta.
Teléfono 28813937.
Abierto de lunes a sábado de 19 a 24 hrs.
Más información en twitter @SaritaReloaded
Fotografías: Sabine Greppo