
Visitamos cuatro destacados restaurantes de parrilla de Santiago para conocer que están haciendo con su coctelería de autor. Mientras los fuegos y las brasas hacen lo suyo en la cocina, sus barras despachan notables cócteles que complementan la experiencia y confirman que aquí no todo es vino y parrilla.
[DONDOH]

Desde que se instaló a fines del 2020 como la bandera local del restaurante que nació en Lima, DonDoh es un concepto de parrilla japonesa donde la robata es protagonista de su cocina. De ahí, las brasas despachan platos como su afamada Palta a la brasa con huevo onsen, chimichurri de ajo y almendras, o su Punta de Ganso con mantequilla gochujang, sal ahumada y limón. Ahora con dos flamantes barras – acaban de inaugurar The Kunsei Bar – no hay que adivinar que aquí la coctelería de alta gama es también parte fundamental de su propuesta. Clásico de la casa es el inagotablemente fresco y goloso Green Mill ($ 9.000), mezcla de pisco peruano, limón tahití, almíbar de piña y cardamomo, pepino japonés y gotas de Pernod, mientras que una incorporación reciente como el notable Don Imo ($ 9.000), combinación de mezcal, bourbon, Aperol, pomelo, limón y miel de jengibre, tiene un rico ahumado y ligero picor, que suma a otros matices que recuerdan al Paloma. Otro cóctel de perfil ahumado pero que a su vez le da varias vueltas a la sangría es Fuji Smoked ($ 9.500), mezcla de Gin Proa, Cabernet Sauvignon en frutos rojos, naranja Cinzano Pro Spritz y manzana en cardamomo, el cual sorprende por su complejidad y amplio retrogusto ahumado. Nueva Costanera 3969, Vitacura.
[BEBEQU]

Abierto hace más de 2 años en la esquina donde convergen Nueva Costanera y Alonso de Cordova, BeBeQu es una propuesta que ha ido evolucionando de menos a más con una interesante carta de platos que va más allá de carnes a la parrilla. Aquí casi todo pasa o termina con un toque de fuego, como lo son sus notables Zanahorias a las brasas que vienen con hummus de pimientos asados, o sus Mollejas con puré de champiñones. Para estos y otros platos, su coctelería de autor cuenta con creaciones como el Chasky ($ 8.000), mezcla de pisco, Campari, espumante, soda, syrup de hibiscus y limón, un cóctel fresco, efervescente, frutal y seco, que compite en perfil con el Coctel R ($ 8.000), a base de gin, strawberry, espumante, syrup de rosas y limón. De ahí, o para terminar, buena idea es pasar a algo más complejo como el Intensity ($ 8.000), el cual combina bourbon, Jagermeister, jerez y syrup all spices, de perfil herbáceo, dulce y especiado. Av. Nueva Costanera 3750, Vitacura.
[CASA SANTA BRASA]

Pronto a cumplir un año desde su reapertura, el restaurant ícono de Santa Brasa cuenta con una propuesta que va más allá de las carnes maduradas y una cocina de gran factura, incluyendo por ejemplo platos como el Pescado blanco a la brasa con salsa bernesa, el cual se puede acompañar con guarniciones que brillan con luz propia como la Muselina de puré de papas con huevo pochado, salsa bœuf bourguignon y ciboulette. Junto a ellos, la barra no se queda atrás con una propuesta cuidada y cócteles que se inspiran en su mayoría de los grandes clásicos. Buen ejemplo de ello es el Frenchie Negroni ($ 9.900), a base de gin, licor de flor de sauco, bitter de hierbas amargas y vermouth rubino, o el New York Sour ($ 8.900), mezcla de bourbon, licor de almendras y jugo de limón, el cual es clarificado y terminado con un top de Carmenere. Ambos, cócteles muy equilibrados cuya base creativa los posiciona varios peldaños más arriba de una simple remasterización. Otro, el Sour a la Santa ($ 8.900), es un gran aperitivo que combina pisco, licor de flor de sauco y jugo de limón sutil, el cual llega servido con una rica espuma de limón y eucalipto flameada. Alonso de Córdova 4260, Vitacura.
[LA CABRERA]

Con varias ubicaciones en la capital, este ícono trasandino de las carnes – que además cuenta con otras locaciones por Sudamérica y que acaba de abrir su primer local en Madrid –es un clásico donde no fallan por ejemplo su sabrosísimo Chorizo criollo de rueda o cortes como su jugosa Entraña. Fiel a su estilo, en La Cabrera la carta de vinos refleja en su mayoría etiquetas tradicionales, pero es con su carta de coctelería – que si bien no es disruptiva -, donde se atreven a jugar sobre todo en combinaciones a base de pisco. Adam ($ 6.700) es una buena muestra de ello y al pisco le suma Aperol, jugo de naranja, jugo de limón sutil y syrup de eucaliptus, dando forma a un cóctel que funciona perfecto como aperitivo. Amatista ($ 9.900) sube unos peldaños mezclando pisco con Oporto, jugo de limón sutil, naranja, licor de casis y espumante, dando forma a un cóctel fresco, goloso y con una rica nota vinosa. Ojo también con el Negroni de la Casa ($ 7.900) que viene con un intenso perfil ahumado. Isidora Goyenechea 3275, Las Condes / Alonso de Córdova 4263, Vitacura