Al momento de escoger un vino para la temporada parrillera, siempre importará el saber que corte será el elegido, ya que dependiendo de lo intensa y grasa que esta sea, tendremos que decidir si necesitamos mayor o menor peso en el vino.
Cuando pensamos en aperitivos, unas Empanadas o Choripanes, es imposible no recordar el favorito del pueblo, el Carmenére, por su carácter especiado y cuerpo medio nos funciona incluso con un Costillar de cerdo bien aliñado.
Para carnes blancas sugerimos algún País o Cinsault del centro sur de Chile, estos nos dará tintos de estructura ligera, perfecta para combinar con carnes magras como el Pollo y el Pavo, también una Pulpa de Cerdo e incluso las Chuletas de centro del mismo.
Si es el sabor de la Entraña o la textura de las Mollejas lo que te fascina, te recomendamos un tinto estructurado como el Carignan o el Malbec. Variedades con la intensidad perfecta para estos cortes grasos y sabrosos; así como el Cordero y el jabalí que tan bién se llevan con el Syrah.
El Cabernet Sauvignon jamás pasará de moda acompañando cortes tradicionales. Los típicos que encontramos en la parrilla chilena, Lomo vetado, Punta picana y Huachalomo funcionan perfecto con el elegante tanino de esta variedad; favorita de toda una generación.