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Terranoble: larga vida al Carmenère

Pocas viñas en Chile pueden darse el lujo de conocer tan bien al Carmenère, esa cepa que se creía extinta y que en 1994 fue redescubierta en Alto Jahuel, pleno Valle del Maipo. La que por entonces todos juraban era Merlot, crecía también feliz entre viejas parras del Valle del Maule, ahí, donde precisamente la Viña Terranoble puso en 1993 sus primeras fichas. Mientras otras volvían al Merlot, esta joven viña apostaba por la cepa perdida, en un intento por domesticarla sin importar los tropiezos. El tiempo hizo al maestro y tras todos estos años, Terranoble – que está celebrando 25 años de vida – tiene entre sus filas uno de los mejores Carmenère de Chile. Prueba de ello es CA1 y CA2, una dupla que nace el 2008 y donde la cordillera y la costa de Colchagua, reflejan dos perfiles muy distintos de la cepa. El primero, con uvas que provienen de la zona de Los Lingues, muestra en su cosecha 2015 una nariz exquisita, fruta y concentración, jugando con el chocolate, el pimiento rojo asado y las especias dulces. El segundo, cuyas parras crecen en la zona costera de Lolol, tiene en la misma añada un carácter fresco que baila entre notas a guindas y ciruelas, pero donde también se dejan ver el cedro y el eucaliptos, con un paladar suave y de rica acidez. Otro que no se queda atrás y es todo un clásico, es el Gran Reserva Carmenère producido en la zona de San Clemente, Valle del Maule. Con una guarda de 12 meses, su cosecha 2017 trae notas a moras, arándanos y algo de pimienta verde. Fruto del trabajo de su actual enólogo, Marcelo Garcia, es un vino que seguirá evolucionando por lo que habrá que volver a descorcharlo en un par de años más.

Los vinos de Terranoble están a la venta en tiendas especializadas. Precio de referencia de CA1 y CA2 $ 19.900 c/u

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