En pleno Santiago, aún resisten bodegas de vinos. Tal es el caso de la que antiguamente producía la famosa “champaña” Valdivieso, la que hoy, con la expansión inmobiliaria, se encuentra a segundos de desaparecer. Visitar esta bodega ubicada en San Joaquín – a pasos del metro Ñuble -, lugar donde realizan el método champenoise de sus espumosos, es conocer la historia de nuestro país y de la viña. Marca clásica y sinónimo de celebraciones, Valdivieso es hasta hoy en día conocida por sus espumantes, pero también quiere dejar en claro que produce vinos tranquilos, tanto blancos y tintos, siendo uno de los más reconocidos Caballo Loco, un vino que saca suspiros entre sus seguidores, si bien pocos saben que pertenece a esta viña.
Fuimos a esa histórica bodega para probar una excelente muestra de sus vinos y tuvimos el lujo de comenzar por sus burbujas, destacando Caballo Loco Blanc de Noirs 100% Pinot Noir del Valle del Bio Bío, con 24 a 30 meses de contacto con la levadura; su siempre singular Valdivieso Blanc de Blancs; y el descubrimiento de esta cata, Valdivieso Limited Brut, un best value que es necesario probar. La cata siguió con tres de sus líneas de vinos: Valley Selection, una selección de sus mejores valles expresando sus cepas, destacando el Pinot Noir de Casablanca y el Sauvignon Blanc de Leyda, frescos y sabrosos (con un precio de referencia de $ 7.500); Single Vineyard, que según las palabras de su enólogo, representan el ADN de la viña, con pequeñas producciones y mínima intervención de los viñedos, resaltando el Chardonnay elaborado a través de fermentación espontánea, crianza en barrica y uvas provenientes de Leyda, y el Cabernet Franc de parras viejas, del cual nos cuentan que provienen de las primeras parras de esta cepa llegadas a Chile (con un valor de referencia de $11.500); y la nueva Eclat (en la foto), línea con la cual buscan explorar la expresión de la Cordillera de la Costa, desde Limarí hasta Coelemu, con vinos de cepas y estilos nuevos, hasta ahora solo encontrándose en el mercado Eclat Vigno, vino que muestra todo el poder del Carignan, con la elegancia que se puede lograr esperándolo en barrica. Pronto lanzarán el resto de la línea donde nos enamoró su Moscatel, con sello único, fermentación espontánea y 6 meses de contacto del vino con sus orujos. También llegará pronto al mercado Eclat Curiosity, otra línea que nos cautivó, con cepas que son difíciles de encontrar en Chile como el Roussanne y el Marsanne, y donde sobresale un ensamblaje de Chardonnay, Viognier y Moscatel que dará que hablar.
Sumando a este impresionante vuelo, el afamado icono Caballo Loco, ese gran ensamblaje de cepas, valles y añadas, que le otorga un carácter único, reuniendo en un mismo vino hasta 21 cosechas. En esta oportunidad probamos el número 9, 12 y 17, una muestra que hace fácil entender porque es un vino que tiene tantos y tan fieles seguidores. Tiene una elegancia, profundidad y singularidad que lo hace incomparable (con un valor de referencia de $60.000). Finalizamos esta cata con sus “hijos”, la línea Caballo Loco Grand Cru, diseñada para que el consumidor pueda comprender cada componente que tiene su icono (con un precio de referencia de $29.900). Así conocimos estos 4 vinos: Sagrada Familia, una mezcla de Malbec, Cabernet Sauvignon, Merlot, Carménère y Petit Verdot, sin duda nuestro favorito; Limarí, un 100% Syrah, el cual atraerá a nuevos fanáticos de la cepa; Maipo, compuesto por Cabernet Sauvignon y Cabernet Franc; y Apalta, ensamblaje de Carménère y Cabernet Sauvignon, ambos para gustos más clásicos sin dejar de mostrar el gran trabajo que hay detrás de cada una de sus etiquetas. Salud por la historia. Salud por Valdivieso.