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Alfredo di Roma: Italia en Santiago

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Es increíble cómo el ambiente de un lugar te transporta. Una vez que se cruza el umbral del nuevo Alfredo di Roma ya se siente en otro país, en otro mundo: un lugar imponente, sofisticado, con grandes ventanales, luz cálida y un área con mesas sutilmente escondidas una de la otra, para dar un grado de intimidad. Un piano de cola – en las manos de un virtuoso -, colabora con la experiencia, lo que sumado a un servicio – maître incluido – con gente muy atenta, simpática y muy bien informada, hace que todo resulte muy fácil.

Aquí el 70% de los productos utilizados en la cocina son importados de Italia: las harinas, algunas conservas, la mantequilla, los aceites, aquello que le da sustancia a los platos. Y claro, los mariscos, las carnes y verduras son nacionales, lo mejor de nuestra esquina del mundo. Oportunidad casi única de probar quesos italianos de alta calidad, como uno que vivió su fermentación envuelto en hojas de castaña, y otro trufado que nos recuerda que los quesos por sí solos son todo un plato.

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Nuestra cena partió con el Carroselo di mare ($ 22.000 para dos personas), un hermoso carrusel de frutos del mar, con ostiones y camarones en bruto, bombón de atún – con alcaparras y mascarpone – y otro de salmón – con palta -, timbal de centolla, además de tártaro de salmón y mero. Todo acompañado de tres salsas caseras, una de lactonesa, otra de mayonesa con tinta de calamares y una clásica golf. El resultado es un juego de sabores y texturas.

Pasamos a la pasta, y claro que aquí nuestras expectativas estaban a tope. Como no, si estábamos sentados en la franquicia italiana – con casi 100 años de historia – en donde nació el popular Fettucine Alfredo. Señores, nada de crema, ni jamón. Tampoco salsa blanca ni champiñones; el original no necesita de bisutería culinaria para lucirse: fettuccini rebosado en la mejor mantequilla del mundo – anoten: Beppino Occelli – y un toque de queso parmeggiano reggiano claramente italiano ($ 16.900, en la foto inferior). Su sabor es una nueva experiencia: la pureza de su preparación es el realce de los sabores vírgenes que lo componen.

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Cuando a la mesa llegó el Costine de Pancia ($ 22.900) me sentí algo intimidada: un plato con un enorme trozo de asado de tira – nada menos que 500 gramos – braseado por nueve horas en vino Lambrusco – el Cabernet de los italianos -, que se cortaba como la mantequilla y que llegó acompañado de yuca y verduritas. También probamos un Muslo de pato confitado ($ 18.100) acompañado de raviolis rellenos de verduras asadas y reducción de vino. Una notable mixtura de sabores donde la grasa del pato era compensada por el relleno de la pasta y el vino.

¿Y qué hay de los vinos? Una buena selección de etiquetas nacionales en copa ($ 5.000 en promedio) y joyitas italianas que sólo se pueden pedir en botella. Solicite sin lugar a dudas el servicio de aceites y podrá potenciar todavía más su cena. Los hay trufados, con albahaca…déjese sorprender con los juegos de sabores. ¿Y la sal? También, ya sea con azafrán, carmenere o la clásica sal Maldon.

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Cuando llegamos al postre, nuestro lado dulzón aparece y se deja acariciar por una preparación elegante, casi femenina: Bocelli, una semiesfera de chocolate blanco rellena de crema de Limoncello, polvo de galleta de vainilla, frambuesas hermosamente frescas, pâte de fruit de frambuesas, espuma de merengue italiano y quenel de helado suave y cremoso.

Pero en Alfredo di Roma la coronación de la cena no queda en el postre; servicio de habanos y destilados es la recomendación para el broche de oro. Aproveche de conversar un rato con el sommelier o el maître sobre lo que tienen en el carrito y en la cava. La alegría de estos chicos sólo puede dejarlo aún más desbordado de experiencias. Vaya con billetera holgada, que el disfrute no se vea limitado por un tema material, recuerde que las caricias al alma son invaluables y aquí puede conocer mucho más de Italia que sólo pastas y risottos sin necesidad de abordar 12 mil kilómetros.

Alfredo di Roma.
Av. Las Condes 13.137, Las Condes.
Teléfomo 2 28008400.
Más información en alfredodiroma.cl

Fotografías: Alfredo di Roma.

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