En Curitiba, la capital del estado de Paraná, se ubica Nooma, un exclusivo hotel boutique que abrió hace tres años y que rápidamente se ha ganado el título en Tripadvisor como uno de los mejores hoteles de Brasil. Su concepto es crear un ambiente hogareño y chic, junto a experiencias de primer nivel, destacando su restaurante Nomade, abierto a todo público y comandado por el premiado chef Lênin Palhano, un brasileño de 32 años que ha sido la revelación de Paraná. A cargo de la cocina del hotel desde su apertura, Palhano propuso mezclar la cocina local con la internacional – a lo que denominaron como cocina “glocal”- con un fuerte protagonismo en técnicas europeas y asiáticas, utilizando productos orgánicos y sustentables, pensados para lograr una propuesta que este en constante movimiento. Estuvimos ahí, y esto fue parte de la experiencia.
ALMUERZO
Con cuatro opciones de menú, probamos dos de ellas partiendo por “Mesa cotidiana brasileira“, la cual consiste en el clásico arroz con frijoles negros, farofa y carne de vacuno , junto a mandioca frita, huevo y ensalada. Y aunque en la gastronomía brasileña todo es posible, esta mezcla no escapa mucho de lo tradicional, pero suma puntos por estar muy bien cocinada y sazonada. Por ejemplo el caldo de los frijoles negros están batidos y tienen un delicioso sabor ahumado aportado por el tocino, lo que le da un elemento sorpresa a este clásico plato “verde amarillo”. La farofa en tanto, está salteada con mantequilla como se suele hacer, pero este último sabor no es invasivo y llega con el toque justo de humedad. La carne está blanda y con mucho sabor. La ensalada está hecha con hortalizas que son elegidas de acuerdo a la disponibilidad de la estación. Acá existe una asociación entre el municipio de Curitiba que le otorga terrenos a las comunidades locales para cultivar sus productos y a su vez, ellos se asocian con los chefs para entregarles vegetales frescos que, en el caso de las hortalizas, son elegidas dos veces por semana. Ellas le otorgan a la propuesta ese punto de frescura que un plato tan abundante requiere.
El otro menú disponible que probamos fue “Santa felicidade” (en la foto anterior), nombrado así en honor a uno de los barrios más populares de Curitiba, donde existe un restaurante que se llama “Madalosso” que entrega esta propuesta y que en Nomade lo adaptan a su cocina. Consiste en pollo, polenta, risotto de gallina, chips de maíz y ensalada de achicoria. Uno de los puntos que más cabe destacar es que es difícil hallar una polenta bien hecha. Este producto es muy internacional, pero también se prepara en el sur de Brasil. Por fuera es crocante, y por dentro es muy blanda, conserva muy bien el sabor del maíz y se mezcla perfecto con los otros sabores. En esta zona de Brasil, esta preparación se suele consumir con pollo. La osadía del chef, consiste en agregar el paté de hígado de pollo y corazón de gallina -que también es bastante consumido- en una misma mezcla.
CENA
Partimos con un pulpo con nori crocante y avocado, un plato donde se puede apreciar más la innovación del sabor glocal. El nori que viene a representar lo japonés, es aliñado con vinagre de arroz y luego se deja reposar para ingresar al horno. A esto se le agrega el pulpo, que simboliza el sabor del mar, y el puré de avocado, el fruto que en Brasil es consumido como un batido con leche, pero en el resto de Latinoamérica es típico verlo en ensaladas . Es una mezcla muy interesante a lo que solo faltó para que fuese insuperable, que el pulpo hubiese estado aún más blando. Le comentamos esto a los responsables de la cocina y nos respondieron que están constantemente buscando las opiniones de sus comensales y probando una y otra vez variaciones en las preparaciones para potenciar aún más su propuesta.
Llegamos al plato de fondo con el pescado del día , el cual es obtenido mediante pesca sustentable a través de un proveedor de pescados de Brasil de alta calidad: Barão. Ellos trabajan en Río Grande do Norte – donde por ejemplo, se ubica Natal- y los obtienen de la cuenca del Amazonas. Apenas lo capturan, lo congelan para que llegue fresco a su destino. Esto lo acompañan con zanahoria asada, yogur y farofa de banana, todo un ecosistema donde se mezclan distintos sabores. El pescado llega a punto y la zanahoria es cocinada al vapor para luego ser horneada y quedar al dente. El yogur tiene un toque cítrico y la farofa con banana es dulce y consistente. Al estar la farofa aglutinada con la banana, se siente la consistencia de este fruto y para humedecerlo aún más, tiene unos toques de aceite de oliva, combinación bastante conocida en Brasil. Acá la gracia es que la incorporación de todo esto permite jugar con los sabores y las texturas, pues además, añaden unos toques crocantes de maní. Un resultado notable y sofisticado de lo que podría ser solo un pescado con verduras.
En cuanto a los bebestibles, cabe destacar que el restaurante cuenta con una amplia selección de vinos – entre los cuales no faltan las etiquetas chilenas – todos ellos exhibidos en una gran cava que se encuentra al costado de la entrada de Nômade. El bar cuenta con la clásica caipirinha y cervezas locales, además de tragos con gin, ron,cachaça, vodka y bebidas no alcohólicas como un mate helado y jugo de uva natural.
¿Y EL HOTEL?
La comodidad y el lujo se encuentra en cada uno de sus rincones. En la entrada se mezcla el concepto de sala de estar, con bienvenida y biblioteca. Hay tantos detalles que apreciar que el lujo se siente en todos lados. Los muebles están hechos por distintos diseñadores locales y extranjeros como Sérgio Rodrigues, Hans Wegner, Jader Almeida e Charles Eames. Utilizan mármol de Paraná en todos sus rincones. A su vez, cuentan con una hermosa chimenea, con cuadros muy coloridos, sillones amplios y confortables. Reproducen música relajada como el Bossa Nova: pudimos apreciar el sonido de “La garota de Ipanema”. También tienen libros de fotografías y adornos relacionados con el estado de Paraná, que se caracteriza por abundancia de araucarias. Sí, al igual que en nuestra Araucanía, este es un árbol típico de la zona, así como lo son las plantaciones de soja.
En cada uno de los pisos y habitaciones hay cuadros de fotos de la zona como el Parque Estadual de Vila Velha de Ponta Grossa o el Buraco do Padre. Las habitaciones son amplias y cuentan con ventanas polarizadas que aíslan el ruido de la ciudad. Cuentan con un aire acondicionado que está prendido antes de que uno ingrese a la habitación, algo que se agradece cuando en Curitiba hay más de 25° C. Las camas son muy confortables. También cuentan con escritorio y con un ipad que cumple diversas funciones, entre la que resalta contactar directamente a recepción. Hay frigobar con productos de calidad, en el que destaca vino chileno del Valle del Maule, así como el agua de coco, que en cuanto a sabor es casi como beberla en el coco mismo.
Tal como dijo Óscar Niemeyer cuando creó su museo, Curitiba es una ciudad que hay que embellecer y hacerla más atractiva para el turismo, y Nomaa, con cada uno de sus detalles y gastronomía, es un gran aporte para ese propósito.
Nooma Hotel
R: Gutemberg, 168, Batel Curitiba, Brasil
Telefono +55 41 3087-9595
www.nomaa.com.br