Buscando y buscando, encontramos otra maravilla en la orgullosa Mendoza. Esta vez, nos desplazamos a la zona de Chacras en Luján de Cuyo, un sector muy pintoresco, con casas antiguas y árboles rodeando las calles de adoquines. Un pueblito de cuentos, el cual antiguamente no estaba urbanizado. Hoy en día, es un icono de la gastronomía en Mendoza. Una zona llena de restaurantes de diferentes tipos, entre los cuales hay pizzerías, heladerías, comida árabe, peruana, mexicana y española. De esta gran variedad, elegimos una pintoresca heladería artesanal, Helados De Chacras, fundada por Hector “Guri” Salgado, un gran y apasionado maestro heladero.
Con una trayectoria de 35 años, Helados De Chacras es una empresa íntegramente familiar. Una historia que comienza cuando Guri trabajaba en una multinacional de helados, en la cual y a través de sus recorridos, pudo constatar cómo en las zonas donde habían heladerías artesanales, las ventas de la multinacional caían notablemente. Y así decidió emprender, en este mundo tan maravilloso y versátil de los helados artesanales, siempre junto a su familia. Esto y su deseo de compatibilizar trabajo y vida – lo que además le permitió estudiar sociología – , lo llevaron a una pequeña casa para abrir la heladería. Comenzó con solo 6 sabores, siendo banana el primero de ellos, según nos cuenta, un sabor increíble. Así, fue aprendiendo.
En el local, hay una pancarta de la asociación de fabricantes de helados artesanales de Mendoza donde se explica la diferencia entre los helados industriales, los artificiales y los artesanales. Estos últimos son elaborados con productos naturales y seleccionados diariamente por el heladero, por lo que podemos hablar de sabores de autor. Nos causó mucha ternura saber que tiene dos sabores a nombre de sus nietas, Josefina y Sofía, las cuales además, estaban jugando por las mesas del hall de la heladería. Todo esto demuestra la gran pasión e importancia que Guri da a su familia, lo cual se refleja desde el primer momento que entramos al local, en la calidez del trato hacia nosotros y a sus empleados, los cuales trabajan hace más de 20 años junto a la familia.
Dentro de la variedad de helados que disponen, probamos el de Sambayón – crema y oporto -, el cual sorprende por el sabor añejado del oporto. Sin ser un fan, ¡el de Frutilla nos gusto mucho más que las mismas frutillas!. Mientras que el Chocolate con almendras, el Spumone de limón, y el Sofía – elaborado con crema de cacao, cáscaras de naranja glaseada, salsa de naranjas amargas, lágrimas de chocolate blanco y almendras cubiertas en chocolate y leche – nos convencieron para pedir una gloriosa combinación de medio kilo de helado (AR$ 65). Otra de las demostraciones de su creatividad, fue el sorbete Pimancetto al cual llaman “helado de corte”, utilizado para limpiar los sabores en boca, a base de pimienta y aceto balsámico. Y efectivamente, la magia ocurrió cuando sin perder el sabor, se guardaba el equilibrio.
Hablamos con Guri del movimiento Slow Food – del cual es activista -, como también cuando los visitó Lonely Planet. Hablamos de la familia, de los nombres de los sabores, en fin, de una apasionante vida en la heladería. Fue sorprendente, que mientras nos contaba su apasionante historia, comentó que el negocio tuvo tanto éxito, que llegó a tener siete sucursales, y que luego de muchas batallas, decidió cerrarlas y quedarse con la primera sucursal, la pequeña heladería, que junto a su familia, abrieron en la parte delantera de la casa. Y así, hoy puede disfrutar de sus nietas, estudiar, incursionar en nuevos y exóticos sabores, hacer natación y tomar clases de yoga.
Mientras nos devorábamos el medio kilo de helado, nos sorprendió especialmente una lección que Guri nos dio: “¿Saben cómo agregarle más dulzor al helado de vainilla? Simplemente con limón. ¿Y saben porque? Porque los sabores se amalgaman, los opuestos se atraen y se realzan.” En fin, realmente una experiencia renovadora, pues cuando se ve el espíritu, el amor y la dulzura con la cual trabaja esta familia, y como no, la manera en que tratan las materias primas, los sabores se traducen en obras de arte. Para sentirse en casa y acompañados sin duda, por los helados más exquisitamente creados.
Helados De Chacras.
Darragueira 286, Chacras de Coria, Mendoza.
Telefono 261 4960121
Agradecemos la colaboración de Agustina Romero.
Fotografía: Helados De Chacras.