¿Un bar especializado en pisco? Eso se preguntaron los dueños del Bar Cuento Corto, un lugar en el cual como dice su nombre, no van con rodeos en búsqueda de los sabores y los buenos momentos. Y claro, más allá de la ilustre piscola, en este bar instalado en una gran casona del Barrio República que cuenta con una rica y amplia terraza – donde hacen recitales -, además de salones y un subterráneo para hacer clases de baile, fiestas y catas, hay un mundo en que la experiencia con este destilado tiene múltiples posibilidades. Con una selección de etiquetas que incluye buena parte de los mejores piscos chilenos que se pueden encontrar en el mercado, su carta incluye 5 cócteles de la casa diseñados por Carlos Gajardo, bartender cuyo talento y creatividad se imprime en la barra. Prueba de ello es Pistón Cuentiao ($ 4.900), remasterización del clásico Pistón cuya receta – que lleva pisco, agua tónica y limón – incorpora Vermouth Bianco, el cual suaviza y hace match con resto de los ingredientes, a lo que se suma pepino. Un cóctel fresco y perfumado que en boca se amplifica por el efecto del Vermouth, haciéndolo mucho más redondo. Otro que funciona muy bien como aperitivo es el Cóctel de Pomelo ($ 4.900), combinación que además del pisco incluye licor de Aperol, jugo de pomelo, miel y romero. Elegante y muy equilibrado, parte dulce con una sexy espuma para luego concluir con un rico toque amargo.
Cachaelmote ($ 4.500), tal como es de esperar, hace un guiño al tradicional Mote con Huesillo en una mezcla donde el destilado baila junto a un bitter de chocolate hecho en casa – que incluye anís, canela y clavo de olor -, Vermouth Bianco, limón, jugo de huesillo, una pequeña cucharada de mote y durazno deshidratado. El resultado es un cóctel aromático, efervescente y fresco, con un rico sabor que logra hacer click en la memoria. Para no parar de beber. El bajativo, también tiene que aquí su lugar y lo hace con Machitún ($ 4.500), preparación donde el pisco viene junto a yerba mate, bitter Araucano, menta fresca, limón y un toque de piña. Más bien seco y de rico amargor, es un cóctel que fácilmente puede ser una alternativa a clásicos mundiales como el Negroni. ¿Y para comer? No hay que adivinar que aquí la cocina sin pirotecnias es la que manda, y en ello trabaja el chef Alonzo Gallardo con una carta donde no faltan por ejemplo el Pejerrey Frito ($ 9.900), cuyo batido está hecho con harina de almendras y cerveza negra artesanal, o la Plateada de cocción larga ($ 9.900). Platos para disfrutar antes o después de una dosis de piscología con excelentes cócteles en este bar al cual no hay que perder la pista.
Bar Cuento Corto.
Av. República 398, Santiago.
@barcuentocorto
Fotografías: Creditos Bar Cuento Corto