Por estos días Viña Odfjell cumple 20 años y lo hace con novedades. La apuesta por la sustentabilidad, sinónimo de la constante evolución de sus vinos provenientes de viñedos manejados de forma orgánica y biodinámica, se refleja ahora en tres elementos de la naturaleza que forman parte de su nueva imagen. Mientras su línea Armador se inspira en la tierra, sinónimo del terroir desde donde provienen todos sus vinos, Orzada lo hace en el agua, elemento en constante movimiento al igual que el dinamismo que requieren los preparados biodinámicos. En este cambio de imagen, su ícono Aliara no se queda atrás y lo hace con una etiqueta inspirada en el fuego, al mismo tiempo que lanza su cosecha 2013. Con uvas que provienen de viñedos con edades entre los 20 y 100 años, es una mezcla de 65% Carignan del Valle del Maule, 20% Syrah del Valle del Maipo y 15% Malbec del Valle de Lontué. Tres valles y tres cepas que dan como resultado un vino profundo – muy distinto a su añada 2012 donde predominaba el Malbec -, de mucha fruta, toques maduros y rico balance en boca.