Hay lugares que con su cocina, traen sabores que siempre han estado en nuestra memoria. Pipeño es uno de ellos. Abierto desde hace 6 meses en el lugar que antes ocupó el nikkei Asia Lima, este restaurant de cocina chilena es conducido por Felipe Florenzano, un joven cocinero con estudios en Le Cordon Bleu cuya pasión por la gastronomía nació de esos momentos de la infancia, al lado del fuego, mientras esperaba que ocurriese la magia, la “sazón”, como él llama a los sabores que siempre estuvieron en casa. Y es justamente esa sazón el motor que mueve este lugar, que junto al chef José Ignacio Puentes – ex La Jardín – da forma a una carta sin pretensiones. Muestra de ello es la chilenísima Tabla Tierra ($ 10.500, en la foto), la que trae pastel de choclo, carne mechada, papas rellenas con prietas, sopaipillas y arrollado de huaso salteado; notable experiencia de sabores y en donde la mechada y el arrollado – elaborado con puro lomito de cerdo – se roban la película. El Charquicán ($ 4.700), un deja vu a los sabores caseros, compite durante estos días – cuando ya comienza a hacer frío – con otros clásicos como la Cazuela de Pollo ($ 4.700), mientras la panera se vuelve a llenar junto a un rico y picante Pebre con mote. La carta avanza con típicos y generosos platos de pescados, entre las cuales destaca el sabroso Congrio frito ($ 5.800), cuyo batido es preparado con cilantro y es servido con salsa de alcaparras o de aliño completo hecho en casa. ¿Carnes? Un corte que no puede faltar: Entraña a la Parrilla ($ 8.900), la que aquí preparan como los dioses, perfecta, y que es la mejor compañía de unos enjundiosos Porotos con Mazamorra ($ 1.800). Ya lo saben, si quieren recordar los sabores de la infancia, este es el lugar indicado.
Pipeño Mesa Chilena.
General Flores 39, Providencia.
Más información aquí y en twitter @pipenoRest
Fotografía: Cyril Pérez.