Experiencias Lugares que hay que probar

BordeRio se eleva

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Corren vientos de cambio en BordeRio. Nuevas y frescas propuestas aparecen en las alturas de este centro gastronómico, las cuales se suman al rooftop que por años ha mantenido el restaurant Zanzibar. Estas son las 4 terrazas en altura – lúdicas y con estilos muy diferentes – que hay que conocer esta temporada en BordeRio.

MONSEÑOR
Abrió hace poco más de un mes y ya es uno de los rooftop de moda en Santiago. Su amplia terraza, en la cual dominan los elementos en madera, cuenta con una privilegiada vista al río y al cerro Manquehue, escenario ideal para disfrutar de su llamada “mixología Monseñor”, con cócteles como el Frederick Punch ($ 6.800), una mezcla de gin, jugo de cranberries, syrup de sauco, espumante y pepino; o el Stoli Mule ($ 6.500), donde el vodka es combinado con jugo de limón, syrup de manzana verde y ginger beer. Otra opción es partir con sus jarras de sangría (todas a $ 12.000), una de las cuales está preparada con sauvignon blanc, frutillas, manzanas, naranjas y duraznos cortados en trozos, todo mezclado con jugo de limón y naranja. La carta de tragos es bastante larga y continúa con alternativas como los Jager Drinks, entre los cuales hay uno donde el Jagermeister viene mezclado con licor de café, jugo de naranja y espumante brut (Jager Fizz, $ 6.000). Los fans del G&T pueden armar aquí su cóctel a gusto, el cual además del gin y una tónica premium, incorpora dos botánicos a elección, entre los que se encuentran zeste de pomelo, frutillas deshidratas, pepino y romero. De su cocina, salen frescas preparaciones como El Sacrilegio ($ 6.900), donde rollitos de salmón ahumado con palta llegan envueltos en nori crocante al panko con salsa unagui; o las Bruschettas de la casa ($ 5.200), cuatro tostadas de baguette en dos versiones que siguen fiel los sabores mediterráneos: “Del Campo”, con tomate, queso de cabra, rúcula y pesto de albahaca; y la “Ibérica”, con jamón serrano, queso grana padano y tapenade de aceitunas.

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PATÁN AZOTEA-BISTRÓ
Mesas altas junto a sillas que parecen sacadas de un colegio, junto a un look de estilo industrial, invitan a compartir y relajarse en este spin off del restaurant La Cascade. Muy lejos del “clasicismo” de ese rincón francés de BordeRio, aquí hay onda y una pequeña carta de tragos y comida que alegra el momento mientras cae a tarde al pulso de música pop y lounge. El Pistón ($ 4.500), ese cóctel que se (ve) cada vez más seguido en las barras capitalinas, tiene aquí su versión con pisco macerado en frutos rojos, jarabe de goma, limón y tónica, dando como resultado un trago balanceado y sobre todo fresco, ideal para partir la jornada. Por el lado de la comida, buena idea es comenzar con Pierre! ($ 9.900), un tártaro de salmón de textura casi cremosa, fresquísimo y aliñado junto a alcaparras y migas de cebolla frita, estas últimas aportando el toque crunchie. Si el hambre acecha aún más, entonces hay que pedir la French Burguer ($ 7.900), la cual llega completamente envuelta en papel para conservar su temperatura, junto a cebolla asada, queso cheddar, panceta de tocino, pepinillos y salsa bbq. Hasta aquí, más bien una versión gringa, cuyo toque frenchie está dado por el estilo de las papas y la salsa bearnaise que la acompañan. Contundente y generosa es ¿Péscame? ($ 9.900) una plancha marina que sirven a la mesa aun chirriando y que está compuesta de camarones y pulpo cocinados al jerez, junto a papines chilotes y salsa de ostras. Volviendo a los placeres líquidos, un cóctel que sorprende es Pinkman ($ 4.500), una genial combinación de gin, albahaca, jugo de pomelo y sirope. Lo que parecía un trago “inocente”, resulta potente, en una mezcla donde los sabores juegan muy bien.

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PEZ QUIERO
El azul y el blanco dominan este lugar abierto hace 2 semanas donde antes funcionaba el restaurante Ibis de Puerto Varas. Ubicado justo al frente de El Otro Sitio, se trata del nuevo proyecto del reconocido chef peruano Emilio Peschiera, quien, además de ese clásico de la cocina peruana, está detrás de otros restaurantes como Hanzo y Carneros. El espacio es amplio, cuenta con dos niveles repartidos en un salón principal y tres terrazas, siendo el rooftop – que aquí llaman “El Acuario” – el lugar donde hay que ir al caer la tarde. Solo frutos del mar se dejan ver en su ecléctica carta, la cual combina principalmente sabores chilenos y peruanos, pero también de otras latitudes. Para partir – y compartir – tienen por ejemplo un Piqueo Frío ($ 14.600), el cual viene con cuatro preparaciones: dos frescos ceviches, uno de pescado del día y otro mixto; un sabroso tártaro de atún con un toque de Sriracha para el picor justo; y un tiradito de pejerreyes bañados en salsa pesto. El mismo pejerrey, se deja saborear en los Fish´N Chips ($ 8.900), de fino y crujiente batido, acompañados de papas fritas de doble cocción. Mientras se disfruta de sus platos o se espera por ellos, hay que probar la Sangría de la casa ($ 11.900), la que terminan de preparar en la misma mesa – y en este punto sorprende el servicio – junto a un buen vino reserva, receta que incluye triple sec, jarabe de goma, zumo de naranja y un toque de pisco. Siempre para beber, hay otras opciones como el Vieja´s Spritz ($ 5.900), una fresca y suave combinación a base de espumante, amargo de angostura y naranja, una receta que dicen, es la favorita del dueño de casa. ¿Algo más fuerte? Para eso están los chilcanos, con entretenidas combinaciones como el Chilcano menta jengibre ($ 5.600), fresco y bien equilibrado.

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ZANZIBAR
Su rooftop no es nuevo, pero este restaurant fue el pionero en llevar a las alturas a BordeRio. Y es que ya son 9 años desde que abrió su azotea, un espacio que ha tenido cambios pero que con el tiempo no ha perdido su magia. Ni el sabor. Para comenzar, lo mejor es ir por los cócteles de la casa, como el Undergound ($ 6.100), a base de gin, apio y jengibre macerado, además de jugo de pera y limón, curioso, fresco y muy equilibrado – hay que ver como juegan aquí el apio y el jengibre -; o el Caipiriña Passion ($ 4.500), una mezcla de ron, limón de pica, maracuyá y azúcar rubia, un trago que puede sonar muy dulzón pero cuyo resultado sorprende. Para picar, no hay perderse uno de los clásicos de la casa, la Trilogía Zanzibar ( $ 13.500), generosa tabla que es un viaje por los sabores del mundo: Empanadas Lamu – hechas de harina de arroz y leche de coco- de masa fina y crujiente, y cuyo interior esconde una sabrosa mezcla de pollo y cúrcuma; Satay de Indonesia, broschetas de pollo bañadas en una intensa salsa a base de leche de coco, maní y especias; y Kebabs árabes de cordero, que vienen con una salsa a base de yogurt, menta, pepino y tomate, que felizmente hace más liviano el conjunto. Recuerdos de Indochina ($ 14.900) es otra de las tablas de este lugar, la cual solo por su tártaro de atún es un imperdible. Cortado al cuchillo, fresco trozos de atún vienen montados sobre láminas de palta, todo aderezado con jengibre, cebollín, aceto balsámico y aceite de sésamo, dando vida a una deliciosa y cremosa armonía de sabores. Para el final – y no sin antes probar su notable Quindim de Coco -, un cóctel que actúa como excelente bajativo es el poderoso Riverside ($ 4.400), una combinación de tequila, limón, apio, jengibre y cilantro.

BordeRio.
Av San Josemaría Escrivá de Balaguer 6400, Vitacura.
Más información en borderio.cl

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